“Nos va costar mucho trabajo salir adelante, perdimos a mucha gente y ha sido un golpe muy fuerte”, expresó
La tarde del 19 de septiembre tuvo lugar el sismo que provocó que el Colegio Enrique Rébsamen colapsara, dejando a decenas de personas sepultadas en los escombros.
Para Fátima Navarro, profesora del nivel de secundaria de ese plantel, lo peor ha sido la impotencia de no poder ayudar a quienes quedaron atrapados.
“Los maestros que quedamos a salvo nos sentimos impotentes por no haber podido ayudar más, muchos estamos bien y estamos en el lugar, pero otros resultaron heridos”, apuntó.
Apenas dos horas antes habían realizado el simulacro y estaban felices por haber hecho un buen tiempo de evacuación, sin imaginar que a la hora del terremoto no correrían con la misma suerte
Navarro le tenía un cariño especial a la escuela, ya que también fue alumna. Estudió pedagogía y se convirtió en colega de sus antiguas profesoras.
Once menores de edad han sido rescatados con vida entre los escombros, cosa que la profesora califica como “un milagro”.
“Nos va costar mucho trabajo salir adelante, perdimos a mucha gente y ha sido un golpe muy fuerte para nuestra comunidad”, señaló la profesora.
Explicó que el colegio, que tenía dos edificios, uno de primaria y otro de secundaria, a diferencia de muchos otros que son casas adaptadas, fue construido con dicha finalidad desde el inicio.
“La parte que colapsó fue la de las salidas del área de administración y de la dirección de primaria y secundaria”, agregó.
Del inmueble se rescataron 11 menores de edad con vida, así como 19 niños y 6 adultos fallecidos.
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