Entrevista con el escritor Carlos Velázquez
La problemática de los feminicidios en Ciudad Juárez “ya no es una preocupación para el gobierno y ya no forma parte de la agenda política”
Por Juventino Montelongo
soyquiroz@gmail.com
El escritor Carlos Velázquez (Coahuila, 1978), autor de los libros La marrana negra de la literatura rosa, La Biblia Vaquera, El karma de vivir al norte y el recién publicado La efeba salvaje (todos ellos editados por Sexto Piso) ha nutrido gran parte de su obra con las condiciones de vida del norte de país, a lo cual incluso bautizó como “la condición postnorteña”, en referencia a La condición postmoderna, libro del filósofo y teórico literario Jean-François Lyotard.
Autor de cuentos, novela y crónica, Velázquez ha retratado fielmente cómo es vivir en un estado controlado por el narcotráfico, que, coludido con los gobiernos estatales y municipales, ha cambiado la vida de sus habitantes.
¿Cómo es vivir en un “narcoestado” como Coahuila?
“La violencia ha cambiado, ya no es tan espectacular como antes, sin embargo la ‘narcosis’ persiste. Torreón sigue siendo un territorio en disputa, lo cual es negativo, en los términos de que el narcotráfico siempre ha coexistido con el gobierno de este país, pero cuando estás en una zona que está indefinida a tales niveles lo único que se garantiza es que vaya haber un nuevo estallido de violencia en cuanto alguien tome el control alguien va a querer disputarlo. En cuanto llegue un nuevo cártel y se establezca, ya sabes lo que esto conlleva: extorsiones, levantones, secuestros, más asesinatos y la población entra en estado de alarma”.
En entrevista para Mientras tanto en México, en la librería Rosario Castellanos, el autor calificó como “complicada” la vida en el norte. “Yo no he sido una víctima directamente (del narcotráfico), pero sí he visto cómo muchos del barrio han caído, ahí se establecieron varios cárteles, hay gente a la que le mataron a los hijos, a los que bajaron del carro a punta de pistola, a los que los secuestraron, a los que tuvieron que mudarse. Entonces nos empezamos a habituarnos a vivir con esta violencia, a insensibilizarnos ante lo que estaba ocurriendo, sin embargo, la narcoviolencia siempre va a encontrar un nuevo nivel de crueldad”.
Velázquez recordó una imagen: una chica decapitada a las afueras de la ciudad, la cual le hizo preocuparse más por su hija, una niña de 10 años: “imagínate todo lo que está pensando toda la gente que tiene hijas”.
Nadie pone atención al aumento de los feminicidios
“Nadie menciona eso, en Ciudad Juárez el fenómeno de los feminicidios continúa. Acabo de ir y apenas pones un pie en la ciudad y la desolación es palpable, parece que también hubo un sismo, porque había muchísimas propiedades derruidas, que fueron destruidas por el narcotráfico”.
Aseguró que las calles en Juárez son tan largas que tardas 15 minutos en atravesarlas, “tú te paras ahí y te das cuenta que es el lugar ideal para desaparecerte, en lo que te tardas en llegar de una esquina a la otra ya pasó todo contigo”.
El fenómeno de las mujeres desaparecidas sigue, apuntó Velázquez, “y no es una o dos, pero ¿por qué ya no se habla? Porque ya no forma parte de la agenda política, porque la problemática de las muertas de Juárez es algo que cobró mucha relevancia en los años 90, incluso Sergio González Rodríguez le dedicó un libro en el cual él sugirió que se investigara a ciertas personas en relación a los asesinatos e incluso él tiene su teoría de que los asesinos son una especie de grupo conformado por funcionarios públicos, policías y por el narcotráfico y esto de asesinar mujeres se convirtió en un deporte de estos grupos de poder”.
“Ha persistido tanto esta problemática que ya no es una preocupación para el gobierno y ya no forma parte de la agenda política, pero los asesinatos siguen y siguen y las desapariciones siguen”.
Periodistas que han retratado la violencia en el norte
Para Velázquez, el escritor Sergio González Rodríguez, cuyos varios de sus libros están publicados en la editorial Anagrama, fue un observador muy agudo de la realidad, aunque señala que también hay una nueva generación de cronistas que están evidenciando lo que está pasando, como Diego Enrique Osorno, Alejandro Almazán, quienes “están dando cuenta de los fenómenos que el narcotráfico produce”.
“Todo esto surge de la necesidad de la gente por saber la verdad, no importa qué tan dolorosa y dura sea, la gente quiere saber la verdad y tiene derecho a saber la verdad y eso es lo que uno percibe al acercarse al tema”.
El clima de psicosis
El estado de psicosis en el que viven muchos pobladores de Coahuila comenzó cuando el gobierno de Humberto Moreira –acusado de trabajar para Los Zetas– decidió que era necesario cerrar giros como casinos, tabledance y en general los sitios que él consideraba que eran utilizados como bases de operación para los traficantes.
“Cuando tú le quitas a la población la capacidad de divertirse, de desahogarse, lo único que haces es contribuir al estado de psicosis”.
¿Has notado cambios desde el gobierno de Humberto Moreira, Rubén Moreira y ahora el que parece que será el nuevo gobernador Miguel Ángel Riquelme (todos del PRI)?
“Cada vez se deteriora más la imagen pública de nuestros gobernantes. Cuando Rubén se niega a investigar a su hermano, cuando quema papeles de la deuda estatal, cuando roban una gubernatura como es el caso de ahora, con Riquelme, que aunque hayan fallado a su favor, sabemos perfectamente que existió un fraude. Él entró por la puerta de atrás a la gubernatura, que es lo mismo que hizo Calderón con la presidencia del país. ¿Por qué Moreira quiere imponer a un gobernador? Porque sabe que va a ser investigado y eso le va a traer consecuencias legales. Entonces ese miedo a enfrentar a la justicia lo está llevando a cometer este fraude”.
Todo parece indicar que la maquinaria priista seguirá gobernando desde los estados y la presidencia, con lo que la violencia, corrupción y el tráfico de influencias será el pan de cada día. O al menos ese es el panorama que se ve en el futuro.
Carlos Velázquez
Editorial Sexto Piso
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