El menor trabaja desde las 7 de la mañana hasta la tarde.
Además de cumplir con su sueño de comprarse un celular, también le da dinero a su madre, quien no sabe nada sobre su labor.
Bryant tiene 12 años y todos los fines de semana asiste al mercado de Abastos en Guadalajara, Jalisco, para cargar bultos con el fin de ahorrar y poder comprarse un celular.
El menor cursa el sexto año de primaria y es parte de los 2.5 millones de menores que realizan una actividad económica en México.
Al niño lo llaman “diablero”, porque con una carretilla carga los bultos que los clientes van comprando, pero lo hace a escondidas de sus papás.
Asegura que lleva casi un año trabajando y gana aproximadamente 200 pesos al día, pero no todo el dinero es para él, pues la mitad se lo da a su madre.
Cuando le pregunta de dónde lo sacó, le dice que de ayudar a su primo a “echar una barda”.
Los sábados y domingos se levanta de madrugada y llega al mercado a las siete de la mañana a esperar clientes y así comenzar una jornada que se extiende hasta la tarde.
Fuente: El Informador.
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