Un dato proporcionado hoy por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) da cuenta de la situación de la educación en México: según el organismo un niño pobre de Shanghai, China, recibe mejor educación que un niño rico de México.
Durante su conferencia “Desafíos que enfrentan los maestros hoy. Buenas prácticas y recomendaciones para que los maestros crezcan”, organizada por la agrupación civil Mexicanos Primero, el director de Educación de la OCDE, Andreas Schleicher, afirmó que el problema de la enseñanza en México es estructural.
“Ellos (los chinos) viven en casas temporales, viven en condiciones paupérrimas y cómo es que van a escuelas excelentes, y funcionan mejor que los chicos más privilegiados de Italia, de Estados Unidos, y mejor que 10% de los más privilegiados en México”
cuestionó Schleicher.
El modelo educativo de Shanghai se basa en un profundo compromiso con la formación de los profesores, el aprendizaje entre docentes y la participación de los padres en la formación de sus hijos.
El principio que utilizó el gobierno es muy sencillo: detectaron las escuelas que funcionaban mal y las que lo hacen bien y establecieron acuerdos contractuales entre las escuelas para emparejarlas.
Empezaron a hacer en las escuelas peor evaluadas lo que se hacía en las mejor calificadas y luego a medir los resultados a través de evaluaciones y rendición de cuentas. Además brindaron apoyo económico a las partes implicadas en el proceso.
Según Schleicher, también coordinador internacional de la prueba PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), la evaluación de los maestros en el aula es un requisito indispensable para que México supere su rezago educativo.
Y llamó al gobierno mexicano, al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y a los docentes del país a no dar marcha atrás en la reforma educativa, en particular, en la evaluación de los maestros.
Tomado de Proceso
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