Durante su gestación los médicos le advirtieron a sus padres que el menor padecía hidrocefalia
Nació con el 2% de su cerebro, pero siete años después su masa cerebral ha crecido en un 80 por ciento
Noah es un niño inglés que nació el 6 de marzo de 2012, pese a todo pronóstico médico, ya que durante su gestación, los médicos le advirtieron a sus padres que el menor padecía hidrocefalia y espina bífida, lo cual le impediría desarrollase y moverse adecuadamente.
No obstante, Rob y Shelly siguieron adelante con el embarazo pero consientes en que tal vez debían preparar un funeral para su hijo que todavía no nacía, relatan en su página web “Hugs for Noah” (Abrazos para Noah).
Minutos después de que Noah nació fue sometido a una doble operación para unir la espina bífida y drenar el líquido cefalorraquídeo que se acumulaba y presionaba su cerebro.
Sin embargo, tras hacerle una resonancia magnética, los médicos descubrieron que Noah solo tenía el 2% de su cerebro, debido a que el pequeño sufría de porencefalia, una especie de quiste redujo su masa cerebral a “una pequeña capa” en la zona frontal.
Pese a todo pronóstico médico, el cerebro de Noah creció a un 80% y ahora a sus siete años es capaz de mover un pie y no pierde la esperanza de caminar algún día.
Durante su corta vida, el menor ha estado rodeado de tratamientos, operaciones y visitas al médico.
Ken Wade, el terapeuta neurofísico australiano que atiende al pequeño, explicó a la BBC que el caso del pequeño no ha sido estudiado a fondo.
“La primera vez que conocí a Noah y que hablé con Shelly sobre él, quedé pasmado al enterarme de que nadie había investigado su cerebro”, confesó.
Por ahora, Noah continúa con su terapia neurofísica que combina ejercicios, fisioterapia y ejercicios cognitivos y ha tenido buenos resultados. Al menos durante sus primeros tres años de vida se mostró un gran avance.
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