El menor se convirtió en el símbolo del éxodo de Centroamérica
Tanto él como sus padres están ausentes; dejaron su casa por temor a que las autoridades hondureñas lo regresen al albergue
Mario Castellanos, el niño que viajaba solo en la caravana migrante con rumbo a los Estados Unidos, volvió a escapar.
Luego de que los migrantes cruzaron la frontera hacia territorio mexicano, se dio a conocer la historia de Mario, quien desde ese momento se convirtió en el símbolo del éxodo de Centroamérica.
El menor fue detenido por la Policía Federal de México y por agentes de migración. La intención era deportar a Mario a su lugar de origen: Honduras, situación que finalmente sucedió la noche del pasad 25 de octubre.
Sin embargo, el niño hizo una adventencia: “Y si me voy me vuelvo a regresar, pero de mojado”, la meta del menor, según sus propias palabras, era huir hacia territorio estadounidense, en donde buscaría trabajo y estudio.
La advertencia no fue en vano, porque Mario escapó del albergue en el que había sido resguardado y regresó a casa de sus padres en el sector Riviera de la capital hondureña.
Ahora, tanto él como sus padres, están ausentes; dejaron su casa por temor a que las autoridades hondureñas lo regresen al albergue, informó Noticieros Televisa.
Al parecer, un medio local dio con él, lo habría encontrado mientras pedía limosna en las calles de San Pedro Sula.
“Yo estoy triste porque dicen que me pueden agarrar otra vez y me pueden llevar para ahí”, dijo Mario el pasado 3 de noviembre.
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