Independiente a las creencias religiosas de cada uno, la Navidad es un motivo para reunirse con la familia, disfrutar de los amigos y valorar lo que tenemos.
Desgraciadamente para muchos mexicanos, la Navidad ya no es motivo suficiente para estar con su familia. La corrupción y el mal gobierno les han arrebatado la alegría de estar con sus seres queridos que hoy están ausentes por culpa de la violencia.
Las miles de familias fragmentadas por el asesinato y desaparición de algunos de sus miembros, hacen imposible dejar de lado la situación que se vive actualmente en México y aunque no se puede emular el dolor de esos familiares, sería una irresponsabilidad total exigirles serenidad y criticar la rebeldía ante tales injusticias.
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