El titular de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa), Guillermo Haro, dijo este viernes 6 de febrero que al igual que la Conagua, ya realizó las inspecciones en materia de impacto ambiental y de cambio de uso de suelo en el caso de la presa del Rancho Pozo Nuevo, propiedad del gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías, y resolvió que carecían de la autorización de impacto ambiental, por la construcción y operación por lo que sus dueños son acreedores a una multa de 1.5 millones de pesos.
En entrevista con Denise Maerker, en Radio Fórmula, dijo que de los tres procedimientos, en dos no encontraron materia para sancionar porque se acreditó por los encargados de la construcción y operación de esta presa en Pozo Nuevo, que ciertamente eran terrenos agrícolas y no forestales por lo cual no se requería el cambio de uso de suelo y hubo una autorización de la Semarnat para ese propósito.
Guillermo Haro dijo que en uno de los expedientes sí se determinó que carecían de la autorización de impacto ambiental por la construcción y operación de la presa. El funcionario destacó que agotado el procedimiento, se llevó a cabo la imposición de la multa que prevé la ley y el jueves 5 de febrero se notificó a los dueños de la construcción Rancho Nuevo el manifiesto de impacto ambiental al que se encontraban obligados en términos de la ley correspondiente.
“El manifiesto de impacto ambiental es una autorización preventiva que de haberse autorizado, hubiera logrado mitigar el probable daño ambiental que se pudiese haber ocasionado por la construcción de esta presa. Nosotros determinamos que existía una presa hidráulica, un tanque de regulación y muros de contención”, indicó el titular de la Profepa.
El funcionario aseguró que esto está considerado, en términos de la Comisión Nacional de Grandes Presas, como una presa, “y la presa en términos de la ley ambiental, requiere de una manifestación de impacto ambiental que es de la que carecía esta edificación”.
El rancho Pozo Nuevo de Padrés se localiza a cinco kilómetros del pueblo de Bacanuchi y se trata de un terreno de tres mil 670 hectáreas, que incluye la presa conocida como El Titanic, la cual se construyó a finales de 2011 y principios de 2012, de acuerdo con un reporte del diario Excelsior.
El diario señaló que la presa de 120 metros de longitud y una cortina de 80 metros de altura, tiene capacidad para almacenar cuatro millones de metros cúbicos de agua que llega del río Manzanal, aunque el gobernador asegura que El Titanic existe desde hace 60 años.
El titular de la Conagua, David Korenfeld, ordenó el martes 3 de febrero al gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, la demolición total de su presa ubicada en el municipio de Arizpe y la remoción de todas las obras que están sobre el cauce federal arroyo El Manzanar, afluente de Río Sonora, en un plazo que no exceda los 10 días hábiles, sino será la propia dependencia la que se encargará de destruirla.
Tomado de Animal Político
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