La Academia de la playa consiste en dos toldos, sillas prestadas y tres pintarrones montados a la orilla del mar
Profesores voluntarios enseñan a leer, escribir, matemáticas, inglés y regularizan a los vendedores ambulantes y a sus hijos
Jovita Cavigelli, originaria de Suiza fundó la Academia de la playa, en Acapulco para enseñarle a leer y a escribir a los ambulantes.
La mujer cuenta que decidió montarla luego de tener contacto con vendedores ambulantes, quienes no saben leer ni escribir, y por esa razón en muchas ocasiones son engañados.
“Esa condición los pone muy vulnerables y la idea es darles las herramientas, capacitarlos para que mejores en sus ventas y en su vida diaria”, dijo Cavigelli.
La mujer suiza llegó a Acapulco por primera vez en 1997, para organizar el arribo de un barco con ayuda humanitaria, tras el paso del huracán Paulina, que arrasó con el puerto, donde murieron 200 personas, más de 60 mil casas quedaron dañadas y alrededor de 200 mil habitantes se convirtieron en damnificados.
Jovita canalizó la mucha de la ayuda que llegó en el barco a los lugareños, sin embargo no quedó satisfecha y en aquél entonces conoció a mucha gente, e incluso ayudó a varios a sepultar a sus familias, la mujer conformó grupos de ayuda, de capacitación y de alfabetización.
16 años después, en 2013, la mujer regresó a las playas acapulqueñas, luego del huracán Manuel y la tormenta Ingrid. De nueva cuenta se acercó a los afectados y llegó hasta las colonias de la periferia para organizar grupos de capacitación. No obstante tomó la decisión de que su paso por Acapulco no sería pasajero.
En primera instancia compartió tiempo entre Suiza y Acapulco, pues en Europa hablaba con sus amistadas de lo que veía en las playas y pedía ayuda. Fue en 2014 cuando en una de las banquetas de la Costera Miguel Alemán se encontró a Víctor, un joven quien había sido deportado de Estados Unidos y que vivía y dormía en la calle.
Luego de conocer a Jovita, el joven comenzó a lavar autos, ahorró dinero y volvió a su casa con su familia en Guanajuato, luego de esa experiencia, la mujer suiza entendió que la ayuda es mejor cuando llega antes que los problemas.
Por ello decidió montar el restaurante Viva Jovita, con el objetivo de emplear a jóvenes y personas pobres, además de que aprendieran un oficio y tomaran nuevos hábitos como la puntualidad, limpieza, disciplina y capacitarlos para ocupar cualquier trabajo en cualquier lugar.
El restaurante duró hasta 2017, cuando Acapulco entró en una crisis de violencia e inseguridad, los turistas se ausentaron y los mismos acapulqueños tardaron días en recuperar su vida cotidiana, por ello se vio en la necesidad de cerrar el local.
Jovita Cavigelli comenzó a visitar la playa, donde veía a los ambulantes con sus hijos, al acercar a ellos conoció sus carencias, se percató del problema de aprendizaje que tenían los niños y fue entonces cuando determinó ayudarlos y darles clases.
A partir de ahí vislumbró el proyecto que desea para Acapulco, una Casa de Día donde los hijos de los ambulantes hagan sus tareas, tenga comida y un lugar seguro mientras sus padres trabajan.
Con mucho esfuerzo constituyó su organización civil Pro-Poors para reunir recursos para la construcción de la Casa de Día, mientras que a la par está atenta de la Academia de la playa, donde las clases se imparten todos los lunes y miércoles, sin un calendario establecido.
Las clases dependen de los estudiantes, quienes les enseñan a los turistas. Con frecuencia asisten alrededor de 15 alumnos, entre adultos, adolescentes y niños, que van para aprender a leer y escribir.
En su mayoría provienen de comunidades de la región de la Montaña, donde existe pobreza, marginación, y falta de empleo, situación que los obliga a huir de sus casas en busca de un ingreso, dejando de lado sus estudios.
La Academia de la playa es un par de toldos, sillas prestadas y tres pintarrones montados a la orilla del mar, además de seis profesores y profesoras voluntarios que enseñan a leer, escribir, matemáticas, inglés y regularizan a los vendedores ambulantes y a sus hijos, compartió el diario El Universal.
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