Se enamoraron después de tres meses
Cuando se dió cuenta de que era víctima de un estafador dejó de responder los mensajes
Después de sufrir un traumático divorcio, las amigas de María Grette, una maestra de arte, decidieron crearle un perfil en un portal de citas. Inicialmente no fue muy activa en el portal a pesar de recibir mensajes, sin embargo hubo un mensaje que le llamó la atención y decidió responderlo.
Se trataba de un hombre que mencionaba ser un ingeniero civil danés que había crecido en Carolina del Sur, EEUU, y que trabajaba en Inglaterra. También mencionó que era un viudo y que tenía un hijo que estudiaba en la Universidad de Manchester, Reino Unido.
La mujer sueca y el danés comenzaron a hablar constantemente, hasta que un día el hombre le habló por teléfono, a pesar de que María no reconoció su acento, no le dio mucha importancia.
Él le contó sobre sus planes de jubilación y que deseaba irse a vivir a Suecia, ya que se había encariñado con ella. Además, también le contó que sus padres le habían dejado una herencia en Dinamarca, la cual le entregaría a su hijo.
“Quería conocerlo porque me gustó. Tenía una forma de ser y una dulzura que nunca antes había visto en un hombre. Y su inocencia me sorprendió“, cuenta María.
Después de tres meses de estar hablando, el hombre le dijo que la visitaría en Suecia, pero primero tenía que hacer un viaje a Nigeria con su hijo. Al llegar al aeropuerto Heathrow en Londres, Reino Unido le habló, al igual que cuando aterrizó en Nigeria, incluso la dejó hablar con su hijo.
Al siguiente día le habla para decirle que estaba en un hospital en la capital de Nigeria, Lagos, y le contó que los habían asaltado y como resultado le habían disparado en la cabeza a su hijo, y necesitaba dinero.
Le pidió la cantidad de mil dólares para el tratamiento de su hijo, María accedió de inmediato y le transfirió el dinero por Western Union. En varias ocasiones le envió dinero, hasta que notó que algo andaba mal y dejó de responder a los mensajes.
Después de tres semanas de silencio el hombre la llamó y le confesó ser originario de Nigeria, tener 24 años y que había terminado la universidad hacía dos años, pero no tenía trabajo.
“Me contó que otros estafadores le habían advertido que no se enamorara de su ‘clienta’, pero les había ignorado porque confiaba en mí y no quería perder contacto conmigo“.
Dejó de pedirle dinero y le envió una fotografía de él. “Comencé a sentirme atraída hacia la persona que se estaba descubriendo ante mí. Seguía siendo él, pero con un nombre, edad y circunstancias diferentes“, dice María.
Decidieron conocerse, pero le fue negada la visa a él, así que ella fue a Nigeria.
“Cuando le vi por primera vez en el aeropuerto de Abuja, las lágrimas cayeron sobre su rostro y supe que le conocía de verdad”.
Ahora María se dedica a ayudar a personas en Nigeria y Uganda, para evitar que hagan lo mismo que su estafador.
Mientras que con él continúa teniendo contacto, incluso lo ayudó económicamente hasta que terminó de estudiar en Estados Unidos y encontró un trabajo.
Fuente: La Opinión
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