Autoridades entraron a su piso porque la inmobiliaria dejó de recibir la renta
Hasta el momento su cuerpo no ha sido reclamado
El pasado lunes, a las 11 de la mañana, la Guardia Civil española ingresó a la casa de María del Rosario, una mujer a la que los vecinos del número 75 de la avenida Miguel González Garcés de Culleredo, en La Coruña, no veían desde hacía muchos años.
Las ventanas del departamento se veían sucias, con el polvo acumulado de los años, pues hacía realmente mucho tiempo que la mujer no se aparecía por el vecindario.
Debido a que la puerta estaba cerrada por dentro, los agentes tuvieron que forzarla para poder entrar.
Una vez que ingresaron, se llevaron una sorpresa: María del Rosario se encontraba sin vida, tirada a mitad del pasillo.
De acuerdo con el portal El Español, la mujer no presentaba ningún signo de violencia, ya que murió por causas naturales.
El estado en el que se encontraba el cuerpo llamó la atención de la policía, ya que estaba momificado. Su piel estaba seca y los tejidos externos se le habían cuarteado.
La ultima vez que los vecinos la vieron fue en el año 2010, cuando esta tenía casi 50 años, por lo que todo parece indicar que desde ese año María del Rosario había estado muerta sin que se dieran cuenta.
La razón por la que nadie se había percatado fue porque el alquiler del piso se seguía pagando puntualmente: 400 euros al mes salían de la cuenta de la anciana sin ningún problema. Hasta que un día, a la inmobiliaria coruñesa a la que pertenecía la vivienda no le llegó la mensualidad correspondiente.
Fue entonces que le cortaron la luz y el agua. Después se lanzó una orden de embargo y finalmente decidieron abrir la casa.
Llamaba la atención la considerable cantidad de suciedad acumulada en su coche, un Peugeot 206 de color gris, que en todo este tiempo nadie movió en el estacionamiento. También que tenía la luz y el agua conectadas, pero sin consumo.
Por eso, algunos vecinos preguntaron por ella en la inmobiliaria y a los dueños del edificio. Sin embargo, ni unos ni otros le dieron demasiada importancia al asunto debido a que se continuaba pagando el alquiler.
Sin embargo, un vecino quiso esclarecer el caso y llamó a las autoridades, lo cual se juntó con la orden de embargo del banco, que permitía ya la entrada en el apartamento de María del Rosario. Y ahí se la encontraron.
El cuerpo, debido al proceso de momificación que había sufrido, nunca había emitido los olores propios de la putrefacción de la carne por lo que los vecinos nunca se percataron de su muerte.
María del Rosario estaba divorciada, tenía trabajos temporales y escasa vida social. Tras la muerte de su madre había entrado en un profundo estado de depresión, según El Español.
Hasta el momento nadie ha reclamado el cuerpo de María del Rosario y ninguno de los vecinos le conocía familia cercana, por lo que está pendiente el entierro y destino del cadáver.
Si ningún familiar lo reclama, será el Ayuntamiento de Culleredo el que se haga cargo de los gastos mortuorios.
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