El asesinato del investigador universitario Alejandro Chao Barona y de su esposa Sara Rebolledo, el pasado lunes 5 en su casa, puso nuevamente en entredicho la labor y capacidad de las autoridades para recuperar la paz en esta entidad, donde los delitos de alto impacto de las calles pasaron a invadir domicilios particulares y la máxima casa de estudios, donde roban, secuestran o asesinan.
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