Relataron que tras denunciar dichos abusos en lugar de recibir apoyo fueron castigadas
“Las chicas jóvenes se fueron del convento por lo mismo, porque había curas que las manoseaban”, relató una exmonja
Un grupo de monjas que dejaron la Iglesia católica en Chile denunciaron que “por años” fueron abusadas sexualmente por curas, situación que no quisieron escuchar las autoridades eclesiásticas en la congregación “Hermanas del Buen Samaritano”.
En una investigación periodística, retomada por Noticieros Televisa, las religiosas, de la región de Maule, aseguraron que también fueron víctimas de abusos laborales en el convento situado en el municipio de Molina, a 210 kilómetros al sur de Santiago.
Relataron que, tras denunciar dichos abusos a sus superioras, en lugar de recibir apoyo fueron castigadas y expulsadas de la congregación sin ninguna compensación.
“Un sacerdote se me acercó, me tocó el pecho y me dio besos en la cara llegando hasta los labios”, narró una de las afectadas, identificada como Yolanda Tondreaux, “me manoseó. Me dio asco”, agregó.
La religiosa explicó que acudió de inmediato ante la madre superiora, Patricia Ibarra, con quien denunció lo ocurrido, pero lejos de ayudarla, la trató de “mentirosa” y le ordenó confesarse con el mismo cura denunciado.
“Las chicas jóvenes se fueron del convento por lo mismo, porque había curas que las manoseaban”, indicó Tondreaux.
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Por su parte, ella formó parte de un grupo de 23 monjas que fueron expulsadas de la congregación sin ningún resarcimiento económico luego de que denunciaron los abusos.
Otro caso es el de la exmonja, Eliana Macías, quien relató que además de sufrir y presenciar manoseos a las religiosas, fue testigo de cómo un sacerdote entraba a las habitaciones de las monjas “para realizar actos impropios o para verlas sin ropa”.
“Decía que nunca había visto una mujer desnuda, que por eso lo hacía. El cura también iba al patio y se desnudaba. Lo sabía la madre superiora. A mí me daba asco, repugnancia”, sostuvo.
Las religiosas explicaron que el pasado mes de enero declararon ante el arzobispo de Malta Charles Scicluna, enviado por el papa Francisco a Chile, para escuchar a las víctimas de abusos en la Iglesia, pero hasta el momento no han recibido ninguna respuesta oficial a sus denuncias.
Al respecto, la Fiscalía chilena informó este lunes que 158 personas relacionadas con el clero fueron o están siendo investigadas desde el año 2000, por su presunta implicación en casos de abusos sexuales contra 266 víctimas, 178 de ellas menores de edad.
La filial chilena de la Congregación de las Hermanas del Buen Samaritano fue fundada en 1987 por Irene García de Prado, una religiosa de origen español, y se orienta a la atención de ancianos y enfermos de manera gratuita.
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