“Aquí nacimos, aquí hemos vivido y aquí vamos a morir”, aseguran los pobladores
Al menos 47 familias fueron desalojadas de sus casas por una minera que quiere explotar oro, plata y cobre
Pobladores de la comunidad de La Colorada, municipio de Chalchihuites, en Zacatecas, y extrabajadores de la minera canadiense Panamerican Silver, aseguraron que la empresa los desalojó de manera ilegal de sus casas, esto después de sufrir de acosos y amenazas durante años.
Dieron a conocer que con el apoyo de guardias que portaban armas largas, Panamerican Silver obligó a 47 familias a dejar sus hogares, mismos que fueron destruidos con maquinaria pesada, por lo que los forzaron a mudarse a una colonia construida por la misma empresa donde las casas están hechas de lámina, las cuales ni siquiera son suyas, ya que se las prestaron por un par de días.
Los habitantes aseguran que esta empresa los expulsó de sus hogares para poder explotar yacimientos de oro, plata y cobre, la cual, llegó a México hace casi 20 años para poder extraer recursos naturales del suelo mexicano. Incluso, en su página de internet aseguran que son la segunda empresa a nivel mundial en producción de plata.
Debido a este caso, las familias promovieron un juicio ante el juzgado de distrito del Tribunal Agrario de Zacatecas (TAZ), asegurando que ellos son los dueños de dichas tierras, ya que han vivido ahí durante casi 100 años.
Moisés Guerrero, Alfonso Guerrero, José Francisco Ceballos y Salvador Rentería, representantes legales de La Colorada, así como Asdrúbal Sandoval, miembro de una familia ganadera que denunció haber sido despojada por Panamerican Silver de un predio de 20 hectáreas, denunciaron los abusos ante los diputados locales y la Comisión de Derechos Humanos de Zacatecas.
Por ello, se reunieron con el alcalde de Chalchihuites, Manuel Rosales, y con el gobernador Alejandro Tello, a quienes “se les pidió una reunión de alto nivel para que no se violen los derechos humanos”, sin embargo, los pobladores no obtuvieron ninguna respuesta favorable.
“Nos dijeron que sería una prioridad gubernamental, pero no vimos respuesta. Lo que sí vimos fue el desalojo (el 23 de diciembre) en la comunidad de Salaverna. Entonces comprendimos que no se iba a atender el tema de La Colorada”, comentó Guerrero.
“Aquí vivían más de 200 familias. En nuestro poblado había un campo de futbol y uno de beisbol. Contábamos con una escuela primaria y ya se estaba pensando en abrir una secundaria, cuando empezó el conflicto con la mina”, recordó el habitante de La Colorada.
Para finalizar, dijo que no piensan moverse de sus tierras, además responsabilizó a la minera de “cualquier cosa que nos pase. Aquí nacimos, aquí hemos vivido y aquí vamos a morir”.
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