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Segundo Acto.- El Fiscal Luis Carlos Nájera confirma la info al término del informe y le pone nombre, los pillines detenidos son un tal Octavio Pérez Pozos y un tal Rafael López, el primero ex funcionario del Congreso y el segundo apoderado legal de la firma que cometió el fraude. Más aplausos. Estos sí hacen su chamba y luchan contra la corrupción. Bien.
Tercer Acto.- Uno de los aludidos, Pérez, da señales de vida. Que no está en la cárcel, que está libre como el viento. Que sí lo agarraron pero que lo soltaron por falta de elementos. Trompetillas y carcajadas en contra del otrora aplaudido.
Cuarto Acto.- El otrora detenido invita a una rueda de prensa para darse baños de pureza, que es inocente, que él no sabe nada del caso y que es una víctima del maldito poder político que lo quiere de chivito expiatorio al precipicio. Pobrecito. Todo esto mientras unos debiluchos agentes de la Fiscalía intentan detenerlo, pero son incapaces de mostrarle la orden de aprehensión. Cosa que logran hasta después de decir lo que tenía que decirle a los medios y aclarando que se lo llevan preso por otro caso, no el que dijo el góber, y sin querer queriendo las fuerzas del orden le adicionan el toque melodramático que necesitaba su actuación para que todo el mundo se la creyera. Aplausos tímidos, no vaya siendo que lo suelten otra vez.
Quinto Acto.- El Fiscal confirma la re aprehensión del esquivo pececillo, y le da la razón. Al angelito no se lo llevaron al tambo por lo que dijo el góber sino por otro asuntillo, que le cayó una lana, sabe de dónde y que sospechan, mal pensados que son, que tiene que ver con el fraude al Congreso. De paso regaña a los reporteros por cuestionar que la primera detención no procedió. Trompetilla y abucheo.
Sexto Acto.- Resulta que el angelito no era tal. Se filtran varios documentos en donde la firma del pececillo hace constar que sí sabía del caso y que sí fue él uno de los que aceptaron pagar la lana a una empresa por un servicio que no hay constancia que se hubiera realizado. El angelito aceptó pagar millones y millones de pesos por servicios no recibidos. Vuelven los aplausos. Se equivocaron en el camino, pero se hace justicia contra el pez correcto.
Intermedio.- Lo presentado hasta ahora deja pensando al respetable. Mjú, sí era uno de los malos ese que se andaba queriendo escabullir, pero ¿es el único?, porque tenía jefes, y esos jefes eran diputados, y formaban parte de un partido, y el caso también pasó por manos de otros funcionarios que estuvieron en el mismo puesto que el pececillo que ahora está en el bote. ¿Será que contra ellos no se actúa porque forman parte del minipacto por México que ha hecho posible en Región 4 las reformas de gran calado que el país necesita?, ¿Será que hay intercambio de cartitas en las que el pececillo agarrado no entra porque se andaba acercando al único partido político disidente?, ¿Será que se quieren lanzar dardos de tipo político para que hagan chuza en lo electoral al exhibir a los de enfrente como parte de un fenómeno de corrupción del que dicen estar limpios? Nómbre. Ese guión es muy previsible y burdo… mmmhhh…
Todas esas preguntas e ideas vuelan por la mente del espectador de esta comedia de enredos, que en realidad es la continuación de otra que todavía no terminamos de entender y que sucedió hace algunos años. Esa en la que un grupo de diputados y funcionarios permitió sospechosamente que una empresa les metiera gol y hasta le dieron facilidades para hacerlo, a cambio, de un moche, según se dice. Y no conforme con ello, hasta el Poder Judicial le entró al quite ordenando pagar esa lana que los que vinieron después se negaron a reconocer.
Y en esas estamos, en el intermedio de esta comedia, que seguro seguirá y cuyo final no alcanzamos a ver, pues cuando se piensa que la cosa no se puede poner peor, se pone pero y adquiere matices más ridículos. Por lo pronto hay un spoiler: que habrá más detenidos. Y todo el mundo espera con ansia ese momento porque puede significar un giro dramático que vendría a confirmar o negar las versiones del uso político y convenenciero de este delicado asunto, en el que todos salen un poquito embarraditos.
Habrá que esperar la continuación con palomitas en la mano y ver si al final gana la rechifla o el aplauso #KeNervios
A DESTACAR
1.- Como un cameo en esta comedia, aparece Alfredo Argüelles, en un cantinflesco sketch. Alguien pregunta por él en su casa que está a nombre de su amigazo del alma Juan Coker y él, aunque es él, dice que no está. El que pregunta se la cree y se va con la cabeza gacha y pateando botes. Carcajadas del público que suenan a risas grabadas.
Tercer Acto.- Uno de los aludidos, Pérez, da señales de vida. Que no está en la cárcel, que está libre como el viento. Que sí lo agarraron pero que lo soltaron por falta de elementos. Trompetillas y carcajadas en contra del otrora aplaudido.
Cuarto Acto.- El otrora detenido invita a una rueda de prensa para darse baños de pureza, que es inocente, que él no sabe nada del caso y que es una víctima del maldito poder político que lo quiere de chivito expiatorio al precipicio. Pobrecito. Todo esto mientras unos debiluchos agentes de la Fiscalía intentan detenerlo, pero son incapaces de mostrarle la orden de aprehensión. Cosa que logran hasta después de decir lo que tenía que decirle a los medios y aclarando que se lo llevan preso por otro caso, no el que dijo el góber, y sin querer queriendo las fuerzas del orden le adicionan el toque melodramático que necesitaba su actuación para que todo el mundo se la creyera. Aplausos tímidos, no vaya siendo que lo suelten otra vez.
Quinto Acto.- El Fiscal confirma la re aprehensión del esquivo pececillo, y le da la razón. Al angelito no se lo llevaron al tambo por lo que dijo el góber sino por otro asuntillo, que le cayó una lana, sabe de dónde y que sospechan, mal pensados que son, que tiene que ver con el fraude al Congreso. De paso regaña a los reporteros por cuestionar que la primera detención no procedió. Trompetilla y abucheo.
Sexto Acto.- Resulta que el angelito no era tal. Se filtran varios documentos en donde la firma del pececillo hace constar que sí sabía del caso y que sí fue él uno de los que aceptaron pagar la lana a una empresa por un servicio que no hay constancia que se hubiera realizado. El angelito aceptó pagar millones y millones de pesos por servicios no recibidos. Vuelven los aplausos. Se equivocaron en el camino, pero se hace justicia contra el pez correcto.
Intermedio.- Lo presentado hasta ahora deja pensando al respetable. Mjú, sí era uno de los malos ese que se andaba queriendo escabullir, pero ¿es el único?, porque tenía jefes, y esos jefes eran diputados, y formaban parte de un partido, y el caso también pasó por manos de otros funcionarios que estuvieron en el mismo puesto que el pececillo que ahora está en el bote. ¿Será que contra ellos no se actúa porque forman parte del minipacto por México que ha hecho posible en Región 4 las reformas de gran calado que el país necesita?, ¿Será que hay intercambio de cartitas en las que el pececillo agarrado no entra porque se andaba acercando al único partido político disidente?, ¿Será que se quieren lanzar dardos de tipo político para que hagan chuza en lo electoral al exhibir a los de enfrente como parte de un fenómeno de corrupción del que dicen estar limpios? Nómbre. Ese guión es muy previsible y burdo… mmmhhh…
Todas esas preguntas e ideas vuelan por la mente del espectador de esta comedia de enredos, que en realidad es la continuación de otra que todavía no terminamos de entender y que sucedió hace algunos años. Esa en la que un grupo de diputados y funcionarios permitió sospechosamente que una empresa les metiera gol y hasta le dieron facilidades para hacerlo, a cambio, de un moche, según se dice. Y no conforme con ello, hasta el Poder Judicial le entró al quite ordenando pagar esa lana que los que vinieron después se negaron a reconocer.
Y en esas estamos, en el intermedio de esta comedia, que seguro seguirá y cuyo final no alcanzamos a ver, pues cuando se piensa que la cosa no se puede poner peor, se pone pero y adquiere matices más ridículos. Por lo pronto hay un spoiler: que habrá más detenidos. Y todo el mundo espera con ansia ese momento porque puede significar un giro dramático que vendría a confirmar o negar las versiones del uso político y convenenciero de este delicado asunto, en el que todos salen un poquito embarraditos.
Habrá que esperar la continuación con palomitas en la mano y ver si al final gana la rechifla o el aplauso #KeNervios
A DESTACAR
1.- Como un cameo en esta comedia, aparece Alfredo Argüelles, en un cantinflesco sketch. Alguien pregunta por él en su casa que está a nombre de su amigazo del alma Juan Coker y él, aunque es él, dice que no está. El que pregunta se la cree y se va con la cabeza gacha y pateando botes. Carcajadas del público que suenan a risas grabadas.
Esta columna refleja únicamente el punto de vista de su autor.
Por: Ricardo Salazar
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