Pues parece que Pizano no es del PRI, sino del TRI. Sí, entre el diputado priísta en Jalisco Héctor Pizano y la Selección Nacional que mandamos a los mundiales hay tal cantidad de similitudes que hasta dan miedo. El señor legislador, igualito que los jugadores de fútbol que nos representan genera muchas expectativas, pero a la hora de la hora nos decepciona. Asegura que meterá muchos goles, pero a la hora de la hora, nada, puro tirititito y a veces ni eso.
Esta semana el señor legislador intentó meter dos goles. Nos hizo soñar con un Jalisco mejor con dos de sus iniciativas, la que buscaba meterle una buena trasquilada al presupuesto de los partidos políticos y la que buscaba adecuar el Código Civil para que el matrimonio se volviera universal e igualitario en el estado, con lo que se abriría paso a que dos personas del mismo sexo que se amen, pudieran sellar su unión ante un tremendo señor juez que uniera su vida para siempre. Pero nada. Iba camino a la portería cuando jugadores de otros equipos le metieron de patadas hasta que lograron descolocarlo y tumbarlo gachamente.
Fue entonces como desde la tribuna el respetable público le gritó, primero un sonoro buuuuuuuuuuuuuu desde la porra del equipo contrario por presentar la iniciativa que según los de esa camiseta atentaba contra la familia jalisquilla de bien y luego, ya noqueado y en el piso, otro sector del público le gritó eeeeeeeeeeeeeeeehhhhh puuuuuuuuuuuuuuuuuutoooooooooo, cuando dada la madrina que le estaban poniendo, mejor pidió tapona y en ese Inter decidió retirar la iniciativa quesque pa analizarla y enriquecerla mejor. Sí chucha.
Mientras eso pasaba, los superporteros de su partido le sacaban la tarjeta amarilla y le propinaban un sonoro “espérate mi chavo ¡¡coooooooortaaaaaaleeee!!” Porque el tipito proponía darle un balazo en la pata al sistema de partidos que tenemos al mocharles su presupuesto millonario. En un negociazo como el fucho y como la quesque democracia estilo Jalisco eso no se puede permitir, no señor. Que hay muchos favores por pagar, muchas bocas que alimentar y muchos caprichos de dirigentes que cumplir, chingao. Así que nanay mi chavo. Se me calma o le sacamos la roja, le dijeron.
El partido se le complicó tanto al pobre Pizano que el mero mero del equipo, el equivalente al Emilio Azcarraga de la Selección Nacional pidió que lo mandaran a la banca. Ese señor trabaja de Gobernador y le metió sus buenas nalgadas a Pizano por andar queriendo anotar un home run, cuando aquí la cosa es meter goles, pero nomás los que ellos quieren y cuando ellos quieren.
Igualito que a algunos muchachos del TRI, a este señor del PRI los dueños del circo le recordaron que el juego es en equipo y que nada de lucimientos personales. A Pizanito le dijeron que se acuerde que es soldado y que su búsqueda de reflectores va en desacuerdo con esa filosofía en la que o nos lucimos todos o no se luce nadie. Pos este.
Y es que el señorito Pizano, que ya pintaba para Cuauhtémoc Blanco, no se acordaba que su mero jefazo Aris nos dijo en Ángulos hace algunas semanas que nanay, que en su gobierno ya era más que suficiente con la edulcorada Ley de Libre Convivencia para proteger los derechos de las y los homosexuales (vean el vídeo).
Con lo que no cuentan el jugador ahora en banca y su Azcárraga local es con otra similitud con el TRI: Ya no esperamos nada de ellos. Durante años nos han creado tantas falsas expectativas, tanto los futbolistas como los políticos, que ha llegado el momento de descreer y pedirles resultados o de plano ignorarlos. Ah y en otra cosa se parecen más: tienen piojos.
La cosa es que de seguir así Pizano terminará igual que las selecciones que nos han decepcionado. Deprimido en su casa y en el olvido. Veremos
*Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
POR: Ricardo Salazar
@salazargdl
Sé parte de la conversación