Con su mensaje de este jueves, que se esperaba espectacular, el presidente Enrique Peña Nieto vuelve a decepcionar al respetable. No sólo porque fue incapaz de reconocer que él y su equipo la han cagado de bonita manera por omisión o dolo en el Caso Iguala y porque, en su presunta sensibilidad, fue incapaz de ofrecer una disculpa, sino porque intenta sacar raja del dolor y darle vuelta a la página de lo que sucedió en Guerrero, convocando al país a otra cosa, mariposa.
Y eso decepciona. Decepciona, primero porque se ve como un oportunista político al aprovechar el momento para impulsar reformas que él y su grupo de cogobierno, llamado Pacto por México, ya traían en la bolsa, como eso de eliminar el salario mínimo como parámetro y lo de la policía única estatal, además de lo de la puesta en marcha de un nuevo número nacional de emergencias (911, ¡genio!) y los juicios orales, que hoy siguen siendo una bonita ficción en el país. Así que al menos 4 de sus 10 espectaculares puntos, eran cosas que de todos modos iban a pasar.
Pero además preocupa la tentación autoritaria y desarrollista que incluyó en este nuevo plan de trabajo que nos piensa recetar en los próximos meses. Sobre todo al responsabilizar de todos los males del país a los municipios y promover la desaparición de poderes en ese ámbito para que, si entendimos bien, los tome ¡la Federación!, osea: él.
Para traducirlo al buen español, violará la autonomía municipal con el pretexto de la seguridad y podrá remover alcaldes a su gusto y poner ahí a sus cuates como comisionados para que gobiernen como al señor le guste, -como ya hizo en Michoacán a nivel estatal, sólo que ahora al amparo de la ley-, algo que seguro sus comparsas en el Congreso le van a aprobar.
El segundo punto muy preocupante es lo que se refiere a acabar con la pobreza y la desigualdad con nueva infraestructura y dando condiciones preferenciales que faciliten la instalación y operación de nuevas industrias en tres estados del sur: Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
Y preocupa porque la visión desarrollista que tenemos desde las ciudades no es la de los pueblos que hoy habitan ahí, pero sobre todo porque la instalación de grandes empresas, carreteras o puentes en esas entidades va a atentar contra lo que hoy es su patrimonio más grande: el medio ambiente. Porque en aras de producir más empleos, se instalarán ahí, aserraderos, mineras, presas o, si bien nos va, industrias que ya sabemos cómo se las gastan y mínimo, mínimo contaminarán los ríos y mantos freáticos tan abundantes e importantes para la zona. Y eso se los tenemos que aplaudir porque nos vinieron a salvar de la pobreza y nos trajeron eso que por siglos se nos negó. Y aquí también hay tentación autoritaria porque, igual que sucedió en Atenco, habrá quienes no compartan la visión de país del señor presidente y se opongan a la instalación de esos “polos de desarrollo”, quienes seguro serán declarados enemigos del progreso y contra quienes el tolete ya se debe estar calentando.
Eso sin mencionar el triste intento de apropiarse del grito de #AyotzinapaSomosTodos y su mala actuación al decir que él también está dolido e indignado por lo que sucedió en Iguala. Tonterías retóricas recomendadas por algún brillante asesor que le resultarán contraproducentes, pues hoy, quienes gritan eso por todo el país y el mundo, lo que menos quieren es que el presidentazo se ponga de su lado, sino que deje de estorbar.
Pero lo peor, lo peor, es que, con lo dicho por el presidente este jueves nada cambia la situación de las familias de los 43 desaparecidos y los 6 muertos en Iguala. Por el contrario, se apuesta al olvido y para demostrarlo ahí están los hechos: los funcionarios de Peña Nieto ya ni siquiera van a las reuniones con ellos y cada vez les envían a mandaderos de más bajo nivel. Si de verdad le preocupara el tema al presidente, habría enfocado baterías a resolver el Caso y ya luego venirnos a vender espejitos de cambio, pero no, le ganó la tentación de sacar partido. No entendió nada.
GRAVA
El presidente derrumbó un tótem que el gobierno estatal se ha encargado de edificar: Que Jalisco no tiene broncas de inseguridad tan graves. Según Peña Nieto es uno de los cuatro estados que más preocupan a su gobierno y por ello enviará más fuerzas federales #DiosNosAgarreConfesados
*Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
POR: Ricardo Salazar
@salazargdl
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