Por primera vez Guanatos, y Jalisco todo tendrán este año un Día Sin Autos oficial. Los diputados –bueno no todos, sólo los 27 presentes- lo aprobaron en el pleno del Congreso y con ello se vuelve una política pública algo que los activistas en pro de la movilidad no motorizada han venido promoviendo al menos desde 2007. Siete años de picar piedra, siete años de ser una piedrita en el zapato, que finalmente se materializan.
De hecho, desde hace muchos años el 22 de septiembre ya era un día muy importante en el calendario de la ciudad, pues se han realizado en esa fecha eventos memorables como la colocación del auto maceta en avenida Inglaterra, cuya ciclovía fue pintada por ciudadanos y sigue sin hacerse oficial a pesar de ser muy viable, o la del auto cortado por la mitad, con una bici en medio, que pudimos ver por un buen rato en el camellón de Federalismo y Juárez. Ambos misteriosamente desaparecidos.
Además como parte de las actividades del Día Sin Autos, también hemos visto en Guadalajara las famosas fotos del espacio que ocupan los peatones, la gente en bici, la gente en camión y la gente en coche para sembrar conciencia sobre su uso indiscriminado. Todo esto obra de los activistas a quienes también les debemos la visita del gran David Byrne, vocalista de los Talking Heads, quien nos presentó en el Roxy su libro Diarios de Bicicleta (Sexto Piso), que desde entonces se volvió una biblia para el movimiento ciclista de la ciudad, que ya tenía su evangelio en La Revolución de las Mariposas de Óscar Patsí, quién también luchó contra los rinocerontes en este ranchote.
Lo triste es que este activismo imaginativo ha contrastado seriamente con la políticas públicas en la materia. En 7 años sólo se han construido 3 ciclovías dignas de ser llamadas así (ya saben, que no tengan postes en medio, que no sólo sean pintadas y borradas y con el espacio debido para que quepan ahí las rilas y con espacio delimitado entre peatones y ciclistas).
Lo chido es que tanto en el Congreso como en el Ejecutivo hay gente sensible a estos temas que, por interés electoral o fidedigno, los está impulsando ahora. Ahí tenemos como muestra, además de la iniciativa aprobada en el Congreso, la instrucción del gobernador Aristóteles Sandoval para que el próximo 22 de septiembre no se usen autos oficiales (salvo, claro, los de emergencia) y el arranque, por fin, del programa de Bici Pública en Guadalajara. Y les adelanto un secretito: el góber anunciará en breve el inicio de la construcción de más ciclovías y una serie de adecuaciones viales que harán más amable la circulación en bici por la ciudad.
La iniciativa, que se volvió ley en el Congreso es una propuesta de los diputados del Partido Movimiento Ciudadano, Verónica Delgadillo y Salvador Zamora, que cuentan entre su porra y equipo de trabajo a activistas de la movilidad, igual que los tiene el PRI. Así que estrellita para ellos.
Ojo, no se trata, aunque sería genial, que Jalisco prohíba durante todo el día 22 el uso del automóvil o de que se cree una infracción para quien lo use, o que ese día Movilidad con Mauricio Gudiño al frente vaya a mandar al corralón a quienes osen salir a circular, sino de una invitación amable a que ese día no se use y de la ordenanza a las autoridades municipales y estatales para que realicen acciones para promover la movilidad no motorizada. Bajarse del auto es voluntario y cada quien decide.
Con algunos datos como que cada día se suman 400 coches a la circulación, que las calles de Guadalajara son para un millón de autos y actualmente la cifra que circula en ellas está cerca de los 2 millones, o que uno de cada tres lleva apenas una persona por vehiculo o que la velocidad promedio de una de las “vías rápidas” de la metrópoli como es López Mateos es de 27 kilómetros por hora, podemos tener un aliciente para bajarnos del auto, pero no sólo el día 22, sino al menos una vez al mes, y luego una a la semana y así hasta volverlo un hábito. Porque entre más coches, más contaminación, enfermedades y más molestias: incluso para los que los usan. Hoy el coche es sinónimo de tráfico y gasto; gasto en gasolina, mantenimiento y estacionamientos o siniestros, un barril sin fondo, pues.
A los políticos resta exigirles lo mismo, que dejen los camionetones y los de los guaruras con que llegan a sus oficinas de secretario o diputado o góber o alcalde y usen el mismo transporte público o las bicis que la gran mayoría de sus conciudadanos utiliza. Así como en Europa, donde los que gobiernan sí se asumen como iguales, no como reyes chiquitos. Una enseñanza del gran Eric Britton, quien nos visitó en 2011, adivinaron, un Día Mundial sin Autos, que él inventó y hoy, hoy se lo agradecemos.
*Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
POR: Ricardo Salazar
@salazargdl
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