Cinco añitos, cinco años nomás, eso le costó al nuestro Honorable y Agonizante Instituto Electoral y de Participación Ciudadana darse cuenta de que hay una bola de chiquillos adelantados que se ponen a hacer campaña antes de los tiempos que establece la ley, eso sí de forma creativa, para promover su imagen con miras al próximo proceso electoral. Es una pena, porque, con su vista gorda en estos cinco años, el IEPC abonó para que los índices de abstencionismo no se abatieran, al no existir la confianza en los órganos electorales por parte de la ciudadanía. Y con ello, mira tú la paradoja, le pusieron más fácil la chamba a los partidos, pues necesitaron conseguir menos votos para ser declarados ganadores.
Para colmo la desconfianza tuvo otro aliciente: que los presidentes o consejeros, son cuates de piquete de ombligo y viaje privado o de negocios de los principales contendientes o de gente de su partido
Pero bueno, hoy hay que reconocerles, un poquis que ya dieron manotazo contra los traviesillos Abel Salgado, Macedonio Tamez y Alberto Uribe, del PRI, PAN y MC, respectivamente, quienes con lana o sin ella, andaban aprovechando salir en la portada de un semanario político, que a su vez, se sube a anuncios en mobiliario urbano y espectaculares. Cosa curiosa, nadie pataleó por salir en la portada hasta que el IEPC les puso sus manazos.
Pero la neta eso sirve de poco, porque mientras se toma postura en contra de una acción, hay 27 más que el señor Instituto, no quiere ver –bueno, dice que no puede-: esas acciones van desde las funciones de cinito que ofrecen un ex alcalde de Tlajomulco y una regidora de Zapopan en las colonias donde sin ningún reparo se pone su nombre junto a la pantalla. El primero, Enrique Alfaro, independiente pero mandamás de Movimiento Ciudadano, que busca posicionarse como opción chida para gobernar Guadalajara y la segunda Laura Haro, edil del PRI, que suspira por una diputación local.
También tenemos a Miguelito Castro, que regala aguas en partidos de fucho cuyas pantallas fueron pagadas por el gobierno, osea que aprovecha recursos públicos para favorecerse y el IEPC en la baba. Miguelito, quiere, pero no puede, ser quien le haga competencia a Alfaro en GDL. Y brinca, y brinca pa que lo vean en su partido, pero le aplican la máxima del viejo PRI, que el Nuevo PRI aplica igual: el que se mueve…
En la acera azul tenemos también ejemplos patéticos de precampaña como Gildardo Guerrero, ex coordinador del PAN en el Congreso, que suspira por una alcaldía o una diputación federal, y para ello pinta bardas presumiendo que gracias a él y sólo a él tenemos hoy una ley de Protección Animal, bardas que claro, llevan su nombre, faltaba más.
Ahí está también Chavita Rizo que va a todas. Actos que tienen que ver con su dependencia y los que no, sobre todo si son en Zapopan, cuentan siempre con la presencia del político que se asume igual de carismático que Peña Nieto o Aristóteles y por eso se toma harta foto y saluda a mucha gente de mano, como en los viejos tiempos del partidazo.
El PRD, claro, no es la excepción, y con el pretexto de consultar temas espectaculares, Enrique Velázquez, imagina sus bonos subiendo como la espuma para lanzarse de alcalde en las próximas elecciones.
Pero todo esto que se puede advertir saliendo un poquito a la calle o entrando un ratito al feis el IEPC dice que nanay, que ni lo ve, ni lo oye, y aunque puede iniciar investigaciones de oficio, espera que alguien denuncie a los implicados, que, a su vez pueden pactar con otros partidos, un intercambio de cartitas y quedar impunes. Y si los denuncian, cuentan con la posibilidad de impugnar y que se argumente que las pruebas no fueron suficientes.
Lo que no se entiende es: pa qué chingados cambian y cambian la ley electoral con sus reformas, si de todas maneras, ustedes que las hacen, no las van a cumplir. Mejor quitémonos de eufemismos, cámbienla otra vez y pónganle que no le hace, que todo el mundo puede andar en campaña siempre y con ello nos evitamos la molestia de soportar a un IEPC timorato sacándose los mocos mientras un grupo de listillos de todos los colores hacen de las suyas a su alrededor con toda desvergüenza.
*Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
POR: Ricardo Salazar
@salazargdl
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