“Ruego porque podamos encontrar y construir el gobierno que merecemos, y a aquellos que vivimos en este país, quienes somos parte de la última generación de inmigrantes en este país, espero que podamos ser tratados con la misma dignidad y respeto que aquellos que llegaron antes y construyeron esta increíble nación de inmigrantes”. Estas fueron las palabras de Alejandro González Iñárritu ganador a mejor director y película en la entrega de los premios Óscar.
El mensaje de Iñárritu fue recibido con beneplácito por la mayoría de nuestros compatriotas que observaron en la entrega del galardón un escaparate para hablar en voz del triunfador, para clamar un cambio en la situación de nuestro país, el cual inmerso en una serie de confrontaciones políticas, desigualdad social y temor por la inseguridad, necesita – o al menos así parece- ser recordado en cada evento internacional.
Los ojos del mundo se volcaron ante el discurso del mejor director, pues una consigna política de esa envergadura y en un evento de tal magnitud no puede pasar desapercibida.
Ahora, rogar para encontrar al gobierno que merecemos, ¿A quién rogamos? sería la pregunta para el director de Birdman. Rogar para construir el gobierno que merecemos, esperen un poco y dejemos a un lado la emotividad del momento y de quien lo dijo, pero tenemos el gobierno que merecemos, y esto queda expresado en la nula acción, y en algunos casos el conformismo por aceptarlo.
Marchas aquí y allá por Ayotzinapa, momentos de emoción y de furia social, y meses después el mismo argumento, la misma desinformación y el poco accionar de la sociedad por encontrar o construir ese supuesto gobierno que merecemos.
Un tema relevante en las palabras de González Iñárritu es la migración, poniendo en la mesa la situación que ha provocado varias confrontaciones políticas entre los EE. UU. y nuestro país, hablando del trato, dignidad y respeto con el que deberíamos o buscamos ser tratados en la nación de las barras y las estrellas, esa migración que ocurre en nuestro México y que volteamos la cara ante nuestros hermanos centroamericanos que entran y vislumbran un puente a sus sueños y esperanzas de alcanzar el sueño americano.
Tratamos con dignidad y respeto a esos migrantes es otra pregunta que ronda al escuchar el emotivo discurso de González Iñárritu. No solo los Estados Unidos son un país de migrantes, nuestro país fue construido por migrantes; españoles en La Conquista, americanos en la Reforma, franceses en el Porfiriato; libaneses y refugiados en la Segunda Guerra Mundial, ellos formaron y forman parte de nuestro país.
Hemos construido este país con migrantes, con gobiernos corruptos, con una sociedad divida, con indiferencia, con la esperanza en que otro hablé, actúe o luche; hemos buscado la comodidad desde nuestra postura, y claro ese gobierno nace de la misma sociedad que hemos creado.
El presidente, clase política y funcionarios de los que tanto nos quejamos no son ajenos a la sociedad mexicana, se formaron en ella, viven de ella y gobiernan gracias a ella. Políticos y actores que buscan un lugar dentro de las bancadas partidistas, son parte de este México que hemos construido, no hay que rogar, debemos de actuar, de proponer, de sacrificar nuestras comodidades por los otros mexicanos que se han vuelto migrantes en su propia tierra, que son vistos como extranjeros en su propia nación.
Por eso era de esperarse la reacción por parte del PRI ante el mensaje del ganador a la mejor película: “Coincidiendo en el orgullo mexicano, es un hecho que más que merecerlo estamos construyendo un mejor gobierno. Felicidades #GonzálezIñárritu”. Así se expresó el PRI nacional en su cuenta de twitter. Y ¿por qué era de esperarse? Porque estamos construyendo un mejor gobierno desde la época revolucionaria, ese constante estamos, pero sin ningún resultado.
Qué estamos construyendo si somos los mismos mexicanos que no le dimos oportunidad a un joven como Iñárritu para desarrollarse en nuestro país y tuvo que emigrar para lograr sus triunfos.
A quién le rogamos si hemos perdido toda la fe, si vivimos desconfiados del mismo mexicano que está a nuestro lado.
Señor Alejandro felicidades por su triunfo, pero lamentablemente tenemos este gobierno porque así lo hemos construido los que estamos dentro del territorio nacional y lo merecemos, aunque nos duela, porque no nos hemos tratado entre nosotros como mexicanos con respeto y dignidad, pues aceptamos los pisotones de la clase política, aceptamos que sean unos sinvergüenzas y cínicos, peor aún, aceptamos las palabras del mandatario mexicano como una realidad que duele: “Mexicanos talentosos haciendo historia gracias a una vida de esfuerzo y dedicación. ¡Felicidades! Porque su trabajo los siga llevando lejos”. Tan lejos lo sigan llevando que tienen que salir de su país, pues aquí no se les dio la oportunidad; sigamos haciendo historia, porque eso es lo que engrandece al mexicano y lo llena de orgullo, su historia, pues su presente es tan devastador que no tiene una esperanza en el futuro.
Sé parte de la conversación