Fueron 345 refugiados sirios los rescatados en el puerto de Limassol en Chipre hace unos cuantos días, de los cuales 293 eran adultos y 52 niños; 140 mil kurdos sirios han cruzado a Turquía, los cuales se suman a los ya 1,3 millones de refugiados de este país, la mayor cantidad de desde 2011 cuando inicio la guerra en Siria, además de los más de 191 mil sirios, que han muerto.
Líbano ha recibido 1,2 millones de personas, Jordania 608 mi según la Organización de Naciones Unidas, y esto no parece llegar a su fin. Cientos y cientos de personas, de todos los rincones de Siria, pricipalmente de Kobane, también conocida como Ain al Arab; buscan una salida al drama, muerte y destrucción que el Estado Islámico ha provocado.
Según propias cifras presentadas por la ONU, son ya más de 6 millones de desplazados internos, lo que significaría prácticamente la mitad de la población civil de Siria.
Mujeres y niños, en su mayoría, deben soportar temperaturas de más de 45°C para estar a salvo del régimen de terror que los yihadistas del Estado Islámico han provocado. Algunos se han refugiado con sus familias, y otros se han instalado en edificios públicos, escuelas o tiendas de campaña.
La mayoría de las personas coincide en la crudeza y violencia con la actúa el Estado Islámico en contra de la población Kurda de aquel país. Algunos otros mencionan que han tenido que pagar a grupos criminales para que los dejaran continuar con su huida.
Son tales las calamidades que han tenido que sortear los sirios kurdos, que en algunos lugares de Turquía han existido tensiones en los pasos fronterizos, como lo fue hace unos días en Mursitpinar, pues las tropas turcas les impidieron el paso.
Esta es la consecuencia de la guerra civil de Siria, jamás se había tenido registros de una migración de tal magnitud. Más de cien mil niños han dejado su tierra, y con ella su infancia, su educación y su futuro.
Muchos de ellos han visto morir a sus familiares, y ahora “a salvo” en un campo de refugiados o simplemente en una casa de campaña tienen que lidiar con un inexistente sistema de salud, falta de alimentos, medicinas, agua, electricidad y paradójicamente de combustible.
Parece que la realidad y los acontecimientos muestran una generación pérdida, una cruda crisis humanitaria que no ve su fin. Países como Turquía y Líbano están al borde del caos por no tener la capacidad de atender a los desplazados y un Estado Islámico que no parece detenerse a pesar de los ataques y bombardeos que recibe.
Más del 60% de los desplazados sirios, han perdido toda ilusión de algún día regresar a su tierra. Somos tristemente testigos de la más grave crisis humanitaria de nuestra época.
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