La política norteamericana se prepara para la carrera presidencial que tendrá lugar el próximo año. Demócratas y republicanos analizan sus estrategias y la forma de presentar una alternativa que lleve a sus candidatos a la Casa Blanca.
Por eso es fundamental hablar de la gestión de Barack Obama, el presidente que en 2008 rompía con paradigmas y prejuicios de la sociedad americana al convertirse en el primer presidente afroamericano del país de las barras y las estrellas.
Obama llegó como una luz de esperanza frente al mundo, después de la caótica época de gestión de su antecesor George W. Bush. Tal vez esas expectativas fueron las que a la larga las que provocaron las críticas que ahora hacen tambalear la hegemonía de los demócratas en Washington.
Tres puntos son lo que han marcado su gestión, provocando críticas de la política interna de los Estados Unidos y ataques por la forma de llevar la política exterior de la Unión Americana.
El primer punto del que podemos hablar de la gestión de Barack Hussein Obama son las guerras estadounidenses o las intervenciones bélicas alrededor del mundo.
Durante su campaña, el candidato demócrata señaló que era importante afrontar la agenda política exterior, que quedó muy mal parada en la gestión de Bush, pues no podemos olvidar de que Obama tomó la presidencia con dos grandes guerras en acción: Irak y Afganistán
Barack Obama prometió en su campaña retirar las tropas de Iraq (solo nombro a Iraq) argumentando que Estados Unidos debería buscar el camino de la diplomacia y menos bombas. Eso es cosa del pasado, pues después de ganar el Premio Nobel de la Paz en 2009, por sus buenas intenciones, Barack Obama ha participado en ataques con drones y en colaboración con otros países apoyando conflictos bélicos en: Paquistán, Siria, Libia, Uganda, Mali, Ucrania, Somalia, Yemen, entre otros a menor escala o que directamente no se ha involucrado como es el caso de Ucrania.
El segundo punto que fue crucial para que los demócratas desbancaran del poder presidencial a los republicanos fue la situación de restructura de la economía norteamericana que venía de una crisis que estalló en 2008 con la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers.
Obama durante su campaña habló de medidas estructurales para resanar la economía de su país, presentándose como un “Presidente Socialista”, (aquí la interpretación de socialismo tiene que ser con un absoluto conocimiento de la diferencia entre socialista y comunista, ya que esto es muy importante para conocer más a fondo la política y el desarrollo que pretendió lograr bajo esa ideología política y social).
La idea que presentaba en sus discursos en Chicago Illinois y en otros lugares más segregados de la economía norteamericana era el de crear impuestos para el grupo de “personas ricas” y con estos impuestos subsidiar a los desempleados, ancianos y clases más bajas de la nación.
Intentó crear un gobierno “paternalista” en el cual el gobierno sea quien distribuya los servicios médicos, la vivienda, el bono de desempleo a costa de las industrias que producen y que desarrollan la economía de los Estados Unidos.
Recordemos que antes de la crisis financiera McCain llevaba 4.5% de ventaja sobre Obama y después de la crisis el repunte de Obama fue enorme Barack Obama prometió en su campaña incrementar los impuestos a los petroleros y a otras industrias que evaden impuestos. Cuándo Obama llegó a la presidencia tendría menos de 10 meses para restablecer la economía de Estados Unidos y echar andar su proyecto de distribución equitativa de la riqueza, solo que no contaba con el hecho de que durante los últimos 2 meses de su campaña 500 000 personas en los Estados Unidos perdieron sus empleos y siendo muchos de estos nuevos desempleados los que confiaron su voto en el señor Obama. Aún existen repercusiones de aquellas promesas electorales que hoy se vuelven una piedra en el camino para el partido demócrata al cual pertenece.
El tercer punto es el tema migratorio el cual tiene más coyuntura con nuestro país y que después de seis años sigue siendo un tema recurrente y decepcionante para los paisanos y migrantes de otras nacionalidades que confiaron su voto en el candidato demócrata.
El origen keniata del padre de Obama, fue un aliciente frente a este tema, pues muchas personas creían que él entendería la migración y sabría la importancia de regularizar o al menos poner enfaisis en este campo, cosa que su antecesor jamás hizo.
Es interesante recordar que durante su campaña Barack Obama no visito nuestro país, mucho menos a ningún estado latinoamericano, a diferencia de su contrincante republicano McCain que visitó México y Colombia,
La mayoría hispana en Estados Unidos votó por Obama, pero él se ha mostrado indiferente y ha mermado las esperanzas de muchos de conseguir el sueño americano, llegando a mencionar en más de una ocasión su aprobación del muro en la frontera sur de su país.
Barack Obama hecho por la borda las esperanzas de cambio cuando logró ganar las presidenciales del 2008; en la actualidad su mandato se enfrenta a críticas a nivel mundial por sus intervenciones y ataques a países musulmanes, religión que alguna vez práctico según mencionan algunas analistas.
Otro de los grandes problemas que ha enfrentado el primer presidente negro de Estados Unidos durante su gestión son los atentados ocurridos en Boston en el 2013 y los constantes asesinatos raciales de la policía contra individuos afroamericanos, otra gran paradoja siendo el de ese grupo racial que se ha visto afectado por estos hechos por lo menos en 5 ocasiones en el último año.
Barack Obama deberá planear junto a su partido las bases para la estrategia política para refrendar el poder en Washington, será un gran reto pues ante los problemas que enfrenta no puede perder la atención en terminar su gestión de una manera más decorosa y con un poco más de esperanza que presentada durante estos seis años.
Por: Fernando Ortíz.
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