A causado controversia las recientes declaraciones del presiente uruguayo José Mujica, donde catalogó a México como: “una especie de Estado fallido”. Más allá de que horas después se retractara de sus comentarios argumentando: “no son, ni serán estas naciones (México, Guatemala y Honduras), estados inocuos o fallidos, porque tienen cimientos históricos de naciones precolombinas, tienen capital político en sus partidos y en sus decisiones democráticas, que están por encima de sus vicisitudes de hoy”, es interesante analizar el propio concepto de ¿qué es un estado fallido? y ¿qué países son considerados actualmente dentro de este rango? Ya que este término comenzó a utilizarse a finales del siglo XX.
El concepto de Estado fallido posee una definición sumamente ambigua y un poco polémica. Para algunos expertos esta denominación se otorga a las naciones cuyo gobierno es débil y carece de control dentro de su territorio.
Para otros el Estado fallido es donde no existe un gobierno efectivo o en aquel donde se encuentra un gobierno dictatorial que tiene y usa el poder, generalmente para reprimir o mantener su legitimidad. El terrorismo, milicias guerrilleras, señores de la guerra quienes toman el poder y dominan sobre un territorio y dejan en segundo plano al gobierno oficial, son factores importantes que pueden considerarse para hablar de Estados fallidos.
Dentro de estas definiciones y supuestos parámetros e indicadores, la gran mayoría de los denominados Estados fallidos se encuentran en el continente africano. Podemos hablar de Chad o República Centroafricana, pero el mejor ejemplo es Somalia, estado que ha estado inmerso en problemas sociales, económicos, políticos y en una anarquía total desde 1991.
Afganistán y Paquistán son otros ejemplos de Estados fallidos en Asia; en aquellos países los “bienes básicos” desde el ámbito político, como la seguridad, identidad y desarrollo son inexistentes.
En América, el único país considerado un Estado fallido como tal es Haití, pues sus altos índices de corrupción, criminalidad, deslegitimación del Estado, y la carente protección de derechos humanos para su población lo llevan a ser catalogado de esta manera.
Existe una definición más con respecto a considerar un Estado fallido en el cual se dice que cuando un gobierno carece de poder para proteger la propiedad y combatir el crimen, añadiendo un acaparamiento de la riqueza a costa de los contribuyentes y el sector privado puede denominarse sin tapujos Estado fallido.
Tal vez esta sea la razón por la que el mandatario uruguayo señaló a nuestro país como una nación que carece de autoridad frente a criminales y grupos delincuenciales, donde el gobierno pierde toda autoridad frente a su sociedad.
México es considerado en la actualidad un estado de advertencia, según la organización Fund for Peace, comparando la situación actual con la de países como: Venezuela, Serbia, El Salvador o Vietnam, corriendo el riesgo de convertirse en un Estado fallido si la situación de estos países no cambia.
La precisión en el concepto de Estado fallido es muy variable y difícil de establecer, pero lo que es un hecho es que alrededor del mundo hay estados que han perdido toda legitimidad, poder, representación y confianza de las sociedades que presiden, donde grupos de poder o criminales toman la función de líderes creando el caos y las crisis dentro de la nación.
Sé parte de la conversación