Por: Fernando Ortiz C.
La notica del brote de ébola en África Occidental, enfermedad surgida en Zaire en 1976, comenzó una paranoia mundial por su alto índice de mortalidad.
Poco a poco se generan una serie de preguntas: ¿será en verdad una crisis sanitaria?, ¿la crisis se extenderá por todo el mundo provocando una pandemia? ¿acaso está relacionada la enfermedad con algún experimento?, ¿es un arma biológica que se salió de control?
Estas y muchas preguntas aparecen conforme se suman más y más muertes atribuidas al virus, añadiendo declaraciones contradictorias por parte de gobiernos, organizaciones de salud y laboratorios.
No es un secreto que las tres industrias más lucrativas a nivel mundial son la petrolera, la armamentista y la farmacéutica. ¿Será que una o más de alguna tengan conexión con este hecho?
En el año 2009, en México vivimos una psicosis similar cuando se presentó la gripe A(H1N1). Con una población totalmente aterrorizada, surgió desde los laboratorios Gilead Sciences Incorporated el Tamiflu, como posible fármaco para combatir el virus.
La solución resultó con ganancias millonarias para Donald Rumsfeld, ex ministro de Defensa del presidente George W. Bush, quien era uno de los más grandes accionistas de dicho laboratorio.
El caso del ébola prácticamente es una réplica de aquella situación; ahora el laboratorio canadiense Tekmira es quien se presenta con el antídoto para luchar contra esta enfermedad, lo que ha llevado a dicha compañía a incrementar el valor de sus acciones en un 40 por ciento.
Los principales países africanos afectados son: Guinea, país que cuenta con cerca de la mitad de las reservas de bauxita (aluminio) del mundo; le siguen Nigeria (el mayor productor de petróleo de África), Liberia y Sierra Leona (productores de diamantes, y recientemente en 2012 se descubrieron yacimientos petroleros en sus costas).
Tal vez estemos frente a una catástrofe sanitaria, producto de los azares de la naturaleza, pero no podemos descartar que el bioterrorismo comienza a manifestarse como una nueva forma para invadir y atacar, o como estrategia para justificar una intervención por parte de los gobiernos que tienen acceso a los tratamientos pidiendo a cambio la explotación y saqueo de sus recursos naturales.
Lo que bien es cierto es que alguien tendrá un beneficio, ya sea por la patente de la vacuna, el saqueo de recursos minerales o la promoción de algún conflicto armado, todo ocasionado por el caos y el pánico de esta crisis sanitaria o acto de bioterrorismo.
*Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
Por: Fernando Ortiz C.
@geopoliticaintl
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