En México existen 7 millones de indígenas y aproximadamente 300 mil afro mexicanos quienes por su raza o color de piel son discriminados. Cifras de la Encuesta Nacional de Discriminación (ENADIS) revelan que en México el 23.3 % de la población no estaría dispuesta a compartir casa con personas de otra raza.
Asimismo el 15% de la población ha sentido que sus derechos no han sido respetados debido a su color de piel. A pesar de la existencia del marco normativo nacional e internacional descrito, que reconoce la pluriculturalidad y prohíbe la discriminación, son los pueblos indígenas continúan siendo mayormente discriminados.
También se le suma la población afromexicana que se concentra en el centro y sur del país. En 803 municipios hay 17 mil localidades que, por su tamaño y dispersión, por el desinterés de la federación y el desvío de recursos, cargan con elevados grados de pobreza y aislamiento, carencias de servicios públicos y escasa comunicación.
Asimismo en México el 47.8 % de las personas entrevistadas, en dicha encuesta, señaló que la pobreza de las comunidades negras se debe a que la gente no trabaja o no trabajan lo suficiente.
Sin dejar de considerar que no hay cifras oficiales sobre cuántos afromexicanos viven en el país, porque el INEGI no los tiene catalogados o considerados en sus censos y estudios; se calcula que son entre 250 mil y 300 mil pobladores, quienes habitan principalmente en las costas de Guerrero y Oaxaca, olvidados de programas sociales, de festejos patrios y que enfrentan discriminación.
En el caso particular de los afrodescendientes, el 74 % no tiene acceso a servicios de salud y el 96.5 % de la población afrodescendiente que trabaja no tiene vacaciones pagadas y tampoco reciben aguinaldo.
El analfabetismo es una de las principales problemáticas, reflejadas mayormente en localidades oaxaqueñas, donde la población afromexicana es más desfavorable, pues el indicador supera el 19 %, mayor al 16.3% registrado en toda la entidad, uno de los más altos del país.
Es así como en Oaxaca 16 de cada 100 personas son analfabetas, pero entre la población afromexicana esta proporción llega a 26 de cada 100 en Santiago Jamiltepec y Santo Domingo Armenta, y de 30 por cada 100 en Santiago Tapextla.
Sobre el tema el titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, exhortó al Estado mexicano a cumplir con las observaciones específicas del Comité para la Eliminación la Discriminación Racial de la ONU, que beneficiará a casi 400 mil personas afromexicanas que hay en el país.
Durante su participación en el panel “A 50 años de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial: Retos y Perspectivas”, dio a conocer un plan de acción en favor del reconocimiento constitucional, justicia y desarrollo de este sector.
Ese plan incluye actividades como capacitar a funcionarios públicos involucrados en la planeación y programación de política pública. También una campaña para evitar la difusión de ideas de superioridad o inferioridad, que traten de justificar la violencia, odio o discriminación contra afrodescendientes.
Asimismo, difundir folletos para la divulgación, conocimiento y sensibilización del tema; trabajar con dependencias gubernamentales en favor del reconocimiento, la justicia y el desarrollo de los afrodescendientes en México.
González Pérez destaca que el Estado mexicano debe determinar métodos de medición de resultados de la implementación de políticas públicas que permitan evaluar el alcance de su institucionalidad y la toma de medidas, inclusive de indicadores de derechos humanos. También agregó que las instituciones nacionales de derechos humanos deben ser un aliado más en favor de las poblaciones afrodescendientes e indígenas.
La doctoral Olivia Gall, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades asegura que, “los mexicanos no reconocemos en plenitud la discriminación que ejercemos por motivos de clase, raza o etnia, contra los pueblos indígenas, afrodescendientes, minorías y extranjeros. Aceptar que en nuestra sociedad existe el racismo es indispensable para diseñar políticas públicas eficientes que lo erradiquen del lenguaje, actitudes y costumbres”.
La especialista explica que el racismo se basa en la idea de que los humanos se dividen en grupos y que la prueba es que nuestros rasgos fenotípicos son distintos, y quienes distan de nosotros por su “raza” pertenecen a un grupo inferior.
Lo anterior se combina con el hecho de que “los mexicanos percibimos recurrentemente a otras personas o grupos, como una amenaza a nuestro hábitat identitario y tendemos a rechazarlos, excluirlos, considerarlos inferiores, e incluso a odiarlos y querer sojuzgarlos o exterminarlos. El racismo se vincula con la discriminación étnica, al considerar que la cultura de los otros no coincide con nuestros valores, principios, costumbres, tradiciones”.
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