En México, el periodismo es una profesión peligrosa, pues los niveles de corrupción e impunidad resultan escandalosos, dice el análisis
El informe señala la protección del estado a la hegemonía del duplo Televisa-TVazteca, principales promotores del gobierno, que además reciben millones de pesos al año por publicidad
“Libertad de prensa en México. Lucha por un derecho fundamental”, es un análisis elaborado por la fundación alemana Rosa Luxemburg, el cual hace un recuento de las condiciones bajo las cuales se ejerce el periodismo en México.
Este análisis será presentado este viernes 24 de febrero en Berlín por la periodista mexicana Carmen Aristegui
De acuerdo con la conclusión el documento en México existe una alianza corrupta entre medios de comunicación cercanos al gobierno, clase política y crimen organizado los cuales trabajan en conjunto para censurar la información crítica.
Además la agresiones contra periodistas son una constante en el país, las cuales permanecen impunes lo que permite que este patrón de violencia se reproduzca.
El análisis de enfoca en el papel de los medios masivos de comunicación en el país, en especial la televisión, cuyo poder es utilizado para controlar a la opinión pública y difamar y criminalizar a los informadores críticos.
En entrevista con Apro, la politóloga Jana Flörchinger, encargada de realizar el informe, explica los motivos que llevaron a la fundación Rosa Luxemburg a elaborarlo:
“El alarmante número de periodistas, activistas y mujeres amenazadas, desaparecidas o asesinadas en México influye en el trabajo de actores y movimientos sociales y creemos que con el asesinato de Rubén Espinosa y Nadia Vera –dos de las cinco víctimas del caso Narvarte– se cruzó un umbral en lo que toca a la lucha de voces críticas en el país. Hay muchas regiones en México en donde apenas fluye la información porque se busca (desde el poder) sofocar las voces críticas”.
Flörchinger buscó reflejar por medio de charlas con periodistas y activistas, las formas de resistencia que existen en el país en la lucha por lograr estructuras democráticas que protejan y fomenten la participación ciudadana y la libertad de prensa.
Tras varios meses de investigación en campo, las conclusiones de la politóloga son claras:
“La situación del periodismo en México converge en varios niveles: por un lado, refleja la dimensión de la violencia que además se ha vuelto cotidiana; en segundo término, se lee esta conexión entre Estado y crimen organizado, en el que es claro el trabajo conjunto entre políticos y cárteles de la droga; en tercer punto, la situación de los comunicadores también refleja qué impotente se encuentra la sociedad, que al mismo tiempo es fuerte y resiste”, señala.
El análisis de la Fundación Rosa Luxemburg hace énfasis en el control de la opinión pública que tienen los grandes consorcios mediáticos al imponer, ellos y de acuerdo con sus intereses políticos y económicos, una agenda nacional; y por el otro, la falta de transparencia.
Aborda la protección del estado a ha hegemonía del duplo Televisa-TVazteca, principales promotores del gobierno, que además reciben millones de pesos al año por publicidad.
“En 2013 el gobierno de Enrique Peña Nieto gastó aproximadamente 334 millones de euros en campañas publicitarias. Ningún presidente antes había gastado tal cantidad de dinero para promover su imagen y la de su partido político. El 41% de ese gasto fue a parar sólo a 10 de las mil 433 empresas mediáticas del país”.
De acuerdo con Jana Flörchinger, el problema no es sólo el desmesurado gasto en campañas de promoción de imagen, sino en la poca transparencia que existe alrededor de ese gasto.
La publicidad también es utilizada como medio de presión, pues de acuerdo con el análisis, en el caso de medios que son críticos al gobierno, las pocas inserciones publicitarias con las que cuenta son retiradas a fin de ejercer presión para moderar sus críticas.
En México, el periodismo es una profesión peligrosa, afirma la Fundación Rosa Luxemburg, pues los niveles de corrupción e impunidad resultan escandalosos.
El crimen organizado y las estructuras de gobierno se convierten en agentes promotores de la violencia contra la libertad de prensa en nuestro país.
La politóloga alemana critica el discurso oficial en el que el espectro se divide entre buenos y malos.
Bajo este esquema, los buenos siempre son políticos y los malos, el crimen organizado. Basados en esto la Procuraduría General de la República (PGR) atribuye casi de forma automática al crimen organizado los ataques contra periodistas en procesos poco claros, llenos de irregularidades, sin investigaciones concluyentes en las que lo que más bien abundan son contradicciones.
La elaboración del informe es parte del trabajo que desde hace años realiza en México la Fundación Rosa Luxemburg, vinculada al partido La Izquierda de Alemania.
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