La temperatura de la Tierra aumenta, el nivel del mar sube, la biodiversidad cambia y la distinción entre estaciones del año se desvanece. Es el cambio climático y México es el noveno país en el mundo que más contribuye a esta amenaza, de acuerdo con datos del World Resources Institute (WSI).
“El sector energético es la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero. Contribuye con más del 75 por ciento de las emisiones globales totales. Una rápida transformación del sector energético para el año 2050, como el G-7 se sugiere en su reciente compromiso, es necesario para evitar peores impactos del cambio climático”, enfatiza el estudio.
El país aporta el 1.67 por ciento de las emisiones de gas invernadero en el mundo y en gran parte se debe al sector energético, una de sus principales apuestas para el crecimiento económico. En ese contexto, en los próximos años la contribución mexicana a esta catástrofe ambiental podría empeorar aún más por la participación de las empresas privadas en la exploración y exportación de hidrocarburos en aguas profundas.
Al respecto, un sitio de noticias especializado en el medio ambiente, Devex, publicó que el cambio climático y la corrupción comparten muchos síntomas: golpean a los más pobres, son causados por individuos poderosos o entidades que buscan ganancias en poco tiempo, ponen en peligro los medios de vida y amenazan economías enteras.
Detener el cambio climático será cuestión de dinero. “Es ahí, en la financiación climática, donde el peligro de la corrupción y el cambio climático se reúnen”, dice.
El verdadero reto para México, afirma Vania Montalvo, coordinadora del Programa de Integridad el Financiamiento Climático (CFIP) y autora del texto, es que el financiamiento contra el cambio climático se mantenga “limpio y a salvo de la corrupción”.
El gobierno de Enrique Peña Nieto, a través de la Reforma Energética, ha empezado a abrir las puertas a las empresas privadas nacionales y extranjeras para que exploren y exporten hidrocarburos ubicados en aguas del Golfo de México. El monopolio de más de siete décadas de Petróleos Mexicanos (Pemex) ha concluido y la paraestatal ha perdido ingresos por los bajos precios del petróleo e incluso tuvo que recortar personal para reducir gastos.
El fracking
En los últimos meses diversos estudios han alertado las consecuencias de esta fractura hidráulica. La perforación de la tierra mediante la presión de millones de litros de agua no sólo contamina el líquido vital, sino que provoca temblores.
De acuerdo con datos del portal OilPrice, en Coahuila, Nuevo León, Puebla, Tabasco, Tamaulipasy Veracruz ya están desarrollando el fracking. Los estados que más pozos tienen ya en funcionamiento son Veracruz, con 349, y Puebla, 233. Le sigue Nuevo León con 182 y luego el resto.
Como era de esperarse, dice el medio especializado en energía, dado el estado de los precios del petróleo y los recursos que México tiene a su disposición, hasta el momento el fracking aparece concentrado en el gas natural, en lugar del crudo. Esta técnica originada en Texas se está expandiendo en silencio en México, de forma no regulada y envuelto en la opacidad.
“¿Qué va ir a decir Peña Nieto a París en la Cumbre del Cambio Climático si está haciendo todo lo posible por aumentar la emisión de gas?”, cuestiona indignado el químico Miguel Valencia.
En diciembre de 2015, la capital francesa será escenario de una nueva Cumbre sobre el Cambio Climático. El objetivo principal es limitar el aumento de la temperatura global en menos de 2 grados.
La sociedad debe tener claro que ya no se va a poder consumir la energía que actualmente se utiliza todo el tiempo en distintas actividades. La destrucción ecológica, sentencia el químico Miguel Valencia, es inmensa.
Alerta de Corrupción
El cambio climático y la corrupción comparten muchos síntomas, afirma un texto del portal del medio ambiente Devex. Golpean a los más pobres y peor que al resto, y son causados por individuos poderosos o entidades que buscan ganancias en poco tiempo. Al largo plazo ponen en peligro los medios de vida y amenazan economías enteras. Ambos crecen en las fallas de los gobiernos nacionales: se necesita una fuerte cooperación mundial para detenerlos.
“El verdadero reto para México, como ninguna otra nación en el mundo, será si el financiamiento climático es invertido por instituciones que mantengan al dinero contra el cambio climático limpio y a salvo de la corrupción”
afirma Vania Montalvo, coordinadora del Programa de Integridad el Financiamiento Climático (CFIP) de ese organismo.
Actualmente México cuenta con 137 proyectos de financiamiento climático y más de 4 mil millones de dólares, de acuerdo con Transparencia Mexicana.
El organismo está tomando medidas para hacer más transparente la financiación climática. Mientras que el gobierno prepara una estrategia nacional de financiamiento para el clima y una metodología para medir cómo se gasta ese dinero, la sociedad civil ha creado una plataforma con datos abiertos.
Fuente: Sin Embargo
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