El acoso y hostigamiento sexual y laboral es una problemática grave en México, que se presenta frecuentemente y que las víctimas no denuncian porque está naturalizado, afirmó la experta en políticas públicas con género, Paola Monroy Flores.
En entrevista exclusiva con Notimex, señaló que el total de las mexicanas han sufrido por lo menos una vez en su vida un episodio de acoso y hostigamiento en la calle o en el trabajo, sin embargo, no lo denuncian porque lo ven natural, como es el hecho de los silbidos o los piropos.
También, dijo, se le resta importancia porque es considerado un juego o coqueteo, o por miedo.
Sólo en dos de cada 10 casos de acoso sexual en México, la persona que cometió el acto es despedida, mientras que , seis de cada 10 empleados que lo sufren deciden renunciar antes de denunciar el hecho, asegura la Secretaría de la Función Pública, con base en un estudio realizado con el Instituto Nacional de las Mujeres.
Entrevistada luego de desarrollar talleres de género, organizados por la Secretaría de las Mujeres (Semujer), Monroy Flores lamentó que en México y el mundo no existan datos fidedignos sobre los casos de acoso y hostigamiento sexual y laboral, ya que aún no se le da la importancia que merece. De cada 10 casos de acoso, uno se da a conocer, según datos de la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas, orientada a realizar programas de prevención e investigación sobre violencia sexual.
La ex asesora de género en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destacó la urgencia de visibilizar el acoso y hostigamiento, a fin de que la víctima y el agresor puedan identificarlos y evitarlos, ya que al no ser denunciados tampoco se castigan.
La violencia comunitaria es la que más sufren las mujeres y ello se refleja en las limitaciones que tienen cuando están en la calle. Un ejemplo, dijo, son los silbidos que los albañiles les lanzan cuando pasan por una construcción y, peor todavía, muchos hombres piensan que se les deben agradecer los piropos.
En México debemos garantizar ciudades seguras para las mujeres, ya que al no hacerlo “el uso de los espacios para ellas se ve limitado”, aclaró.
La asesora externa en políticas públicas con perspectiva de género aseguró que en el espacio laboral también es muy común esta problemática y se da en igual medida en el sector público que en el privado.
Los chistes e imágenes sexistas, insinuaciones y las palabras soeces en las áreas laborales también son considerados como acoso u hostigamiento.
El reconocer que existe este problema ya es una avance, ahora es necesario desnaturalizarlo para que haya denuncias, se visibilice y se castigue o de otra manera continuará creciendo la cifra negra de casos que quedan en el anonimato.
Con la intención de que ambos problemas sean claramente identificados por la población, Monroy Flores indicó que el acoso se da entre personas del mismo nivel o de abajo hacia arriba en la jerarquía laboral.
Mientras tanto, el hostigamiento se da en una relación de poder, como es de jefas o jefas hacia subordinados o de docentes hacia el alumnado.
Por lo anterior, consideró urgente que los gobiernos tomen y apliquen las medidas necesarias para cumplir con la Ley para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres y trabajar para modificar las estructuras y el orden actual de género, que afecta a las mexicanas.
Con información de Notimex
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