Los menonitas hicieron una colecta en su comunidad para construir las casas
En total se regalaron 200 casas a los habitantes de Ixtaltepec, cada una costó 25 mil pesos
Hace 20 días, un grupo de menonitas viajaron de todas partes del país hasta Ixtaltepec, Oaxaca, una de las zonas más afectadas por el terremoto del pasado 7 de septiembre. Ahí, los habitantes pudieron recibir una casa instantánea, completamente gratuita, hecha de aluminio.
Las casas miden 6 metros de largo por 4 de ancho; son de aluminio galvanizado y poseen una estructura tubular. Los voluntarios menonitas tardaron sólo 45 minutos en ensamblar cada una. Necesitaron remaches y fuerza humana para dejarlas listas.
Uno de los voluntarios es Elmer Vonth, quien nació en Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua, pero es de ascendencia alemana. Llegó a Ixtaltepec hace 15 días y afirmó a Milenio que desde que arribó no ha parado de apoyar.
“Sabíamos a lo que veníamos, a trabajar, ayudar y tratar de hacerles más liviano todo lo que están pasando a nuestros paisanos. Por mis venas corre sangre alemana, pero soy más mexicano que el nopal y me duele todo lo que le pasa a mis hermanos”, aseguró.
Los menonitas supieron de la situación en Oaxaca gracias a las noticias en televisión. Por eso, se organizaron en sus iglesias e hicieron una convocatoria a nivel nacional en toda la comunidad menonita, para pedir ayuda económica y construir casas a las personas que hubieran perdido sus construcciones tras el siniestro.
El proyecto fue diseñado por toda la comunidad: “una vez que tuvimos el dinero, empresarios y líderes nos sentamos para ver qué tipo de casas construiríamos y cómo transportaríamos el material; todos colaboramos de una u otra forma. Algunos cortaron la lámina y el tubo, otros ofrecieron sus vehículos para llevarlas y el resto mando a sus hijos a que vinieran de voluntarios a levantar las estructuras. Nadie se quiso quedar quieto ante los acontecimientos”, aseguró Elmer Vonth.
Cada casa tuvo un precio de 25 mil pesos y hasta ayer viernes se construyeron 200. “Con este número de hogares entregados terminaríamos nuestra labor. Queremos ayudar más, pero no tenemos”, detalló el joven.
“Los inmuebles no son los más lujosos, parecieran solo un cuarto con una puerta, pero con esto ya pueden protegerse del sol, la lluvia y del riesgo que significa estar dentro de una casa dañada, en una zona en la que no ha dejado de temblar”, dijo Vonth.
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