El paciente refirió que había vivido los últimos 30 años con la inflamación en esa zona
Fue diagnosticado con gangrena de Fournier, un tipo de fascitis necrotizante, por lo que tuvo que ser sometido a una cirugía de emergencia
Un hombre de 43 años, originario de Panamá, llegó al servicio de emergencias con fiebre, aumento de la frecuencia cardíaca y una gran hinchazón en el escroto nunca antes vista por los médicos.
Al ser cuestionado por los especialistas, el hombre declaró que ha vivido los últimos 30 años con la inflamación en su escroto sin ningún tipo de tratamiento médico.
Cuando los médicos examinaron al hombre, notaron que la piel del saco escrotal estaba engrosada de tal forma que se habían formado dos grandes heridas abiertas muy visibles, junto a un “fluido maloliente y purulento” que se filtraba de ellas, según describe el artículo publicado en Urology Case Reports.
Con ayuda de un escaneo de abdomen y pelvis se observó que el paciente tenía una gran hernia inguinal, donde parte de su tejido intestinal sobresalía de sus músculos abdominales. La hernia condujo a linfedema (un bloqueo en el sistema linfático que impide que el líquido linfático se drene, causando una acumulación de líquido e hinchazón) del escroto, misma que empeoró con el paso del tiempo.
Tras una serie de estudios, los médicos diagnosticaron al paciente con gangrena de Fournier, un tipo de fascitis necrotizante que a veces puede llegar a poner en peligro la vida, por lo que procedieron a hacer una cirugía de emergencia para extirpar el tejido infectado, informó Gizmodo.
El intento de colocar el catéter fue difícil debido a que el pene parecía estar enterrado, aunque finalmente se logró con éxito a través de un procedimiento de hendidura dorsal.
Cinco días después de la cirugía, los especialistas decidieron quitarle el escroto y cubrir el área dañada con un injerto de piel hecho con malla.
Luego de cuatro semanas, el paciente parece mejorar y se recupera de las cirugías a las que fue sometido.
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