Actualmente este “fotógrafo” está desaparecido
Robaba las fotos de otros fotógrafos, las editaba y las vendía a diferentes agencias como si fueran suyas
Eduardo Martins tenía una historia sorprendente: un joven fotógrafo que después de ser abusado de niño y de sufrir leucemia se fue a zonas de guerra de diferentes partes del mundo, incluyendo Irak y Siria, para retratar el sufrimiento humano.
El resultado de esos viajes era impresionantes, ya que lograba capturar momentos únicos dentro de los conflictos armados. Sin embargo, su historia resultó ser una mentira.
Martins se presentaba ante sus 127 mil seguidores de su cuenta de Instagram como un fotógrafo de Naciones Unidas en los campos de refugiados, donde vivía episodios heroicos detrás de su cámara.
“Una vez, durante un tiroteo en Irak, dejé de fotografiar para ayudar a un niño que había sido golpeado por una bomba molotov y lo saqué de la zona de fuego. Dejé de ser un fotógrafo y fui un ser humano”, comentó en una entrevista para la revista Recount en octubre de 2016.
Todo ello lo iba documentando con “sus” imágenes de los conflictos en Gaza, Siria e Irak. Además, como aseguraba que le gustaba el surf, las mismas imágenes se iban intercalando con otras donde se le veía sobre una tabla, surfeando en Australia.
Además, para aumentar su credibilidad, compartía publicaciones suyas en la prensa y los comentarios que les hacían sus amigos, entre ellos Thomaz Griffin, quien supuestamente era un reportero de The Wall Street Journal, pese a esto, dicho diario aseguró que entre sus trabajadores no existe nadie con dicho nombre.
Martins se ganó la confianza de personas reales y reconocidas, como el fotógrafo brasileño Marco Vitale, quien incluso llegó a recomendar su trabajo a editores de varias publicaciones internacionales.
Las sospechas sobre su trabajo comenzaron gracias a la periodista Natasha Ribeiro, una colaboradora de BBC Brasil que vive en el Medio Oriente.
Al desconfiar de sus declaraciones, Ribeiro le preguntó a diferentes periodistas brasileños su conocían a Martins, mismos que dijeron que ahí no era conocido, esto, pese a que él había sido protagonista en ese año de un reportaje de Vice.
Además, otros dos periodistas brasileños que estuvieron en la misma zona que Martins y en las mismas fechas, acusaron que nunca conocieron al supuesto fotógrafo.
Uno de ellos aseguró que incluso lo hizo una propuesta vía Instagram: “Estoy haciendo un documental con Netflix en Mosul y me preguntaba si tienes interés en participar. Abrazos, hermano”.
Tras esto, el equipo de BBC Brasil, quienes escribieron sobre el caso, le preguntó a la empresa sobre dicho proyecto, a lo que contestaron mediante un comunicado que dicho trabajo nunca fue solicitado.
Ante todas estas dudas, la BBC Brasil se contactó con Martins, quien aseguró vía WhasApp: “Soy un humanitario (voluntario) en el campo de la ONU y trabajo en la organización de los campos de refugiados”, lo cual también resultó ser falso.
“Verificamos y no pudimos encontrar ningún registro de Eduardo trabajando para el Alto Comisionado de la ONU para los refugiados. Estamos investigando lo que podemos hacer acerca de las declaraciones que hace sobre nosotros”, aseguró a BBC Brasil Adrian Edwards, jefe de prensa de la organización en Ginebra.
Pero, ¿cómo pudo obtener las imágenes de los sitios donde supuestamente estaba?
Los derechos de autor de las fotos no podían ser rastreados mediante los motores de búsqueda de imágenes ya que Martins editaba cada una de las mismas.
Para ello BBC Brasil se contactó con el fotógrafo estadounidense Daniel C. Britt, ya que existía la sospecha de que al menos algunas fotos le pertenecían.
“Esto es lo que sé: Eduardo Martins ha robado imágenes de varios sitios, incluido el mío, y las ha revendido a la agencia Getty Images y a Zuma Press”, dijo el fotógrafo.
Para ocultar el robo de imágenes, Martins invertía el plano horizontal de las imágenes, por lo que hasta el mismo Britt se demoró en sospechar que era víctima de plagio. Pese a esto, se supo que al menos nueve fotografías de Britt fueron utilizadas por Martins.
Después de que esto se diera a conocer, otro fotógrafo brasileño, Fernando Costa Netto le advirtió a Martins sobre las sospechas de plagio que había en su contra.
Inmediatamente después de ello, Martins cerró su cuenta de Instagram y anunció, por un número que ya no aparece en WhatsApp, que desaparecería.
“Estoy en Australia. Tomé la decisión de pasar un año en una furgoneta rodando por el mundo. Voy a cortar todo, incluyendo internet, tb (también) eliminar el IG (Instagram). Quiero estar solo. Hablaremos qd (cuando) vuelva. Abrazos”.
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