La Marina afirmó que era un escolta de un narcotraficante
Pero en realidad se trataba de un joven estudiante que estaba en un restaurante al momento de su captura
De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Carlos, un joven de 19 años, fue arrestado por la Secretaría de Marina en un restaurante de pollos, donde comía con un amigo antes de irse a la escuela. La institución lo eligió sólo por llevar un tatuaje en el brazo, después lo torturó y lo acuso de ser uno de los escoltas del narcotraficante Iván Velázquez Caballero, alias el Z-50,
Carlos fue acusado de delitos contra la salud, en su modalidad de portación de mariguana; y portación de armas y cartuchos de uso oficial de las Fueras Armadas.
Por si fuera poco, la Marina presentó como prueba el arma que el joven supuestamente llevaba en las manos cuando fue capturado.
Pero la Procuraduría General de la República (PGR) determinó que esa arma, una pistola calibre 9mm, no tenía las huellas dactilares de Carlos, pese a que los marinos aseguraron que el mismo muchacho se las dio “voluntariamente” al ser capturado.
Aunado a esto, por lo menos dos testigos confirmaron ante las autoridades que Carlos no fue capturado en el domicilio de Z-50, como aseguró la Marina, ni en las circunstancias en las que la institución describió, sino en el restaurante de pollos.
De acuerdo con el joven, el 26 de septiembre de 2012, “me encontraba en el domicilio de mi abuelita, con mi hermana (y) como a las cinco y media de la tarde salí con rumbo a la (avenida) Himno Nacional a verme con mi amigo, porque lo iba a llevar a la escuela donde yo estudiaba”.
Luego de verse con su amigo, “él me invitó un pollo antes de ir a la escuela, y nos introducimos al restaurante, y como a eso de las seis y diez, más o menos, entraron unos soldados, revisando al personal, y a mí se aproximó un oficial o soldado, me sacó del negocio, y al revisarme se percató que en mi muñeca izquierda tengo un tatuaje, y me empezó a decir que era una escoria de la sociedad y un malandrín, yo le dije que por qué me agarró, y él me puso contra la pared, poniéndome en la cara un trapo o algo, no sé que era, me tapó los ojos”, agregó el afectado.
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