Al no ser transparente y discrecional promueve escenas como la ocurrida el pasado 9 de noviembre
Para que un esquema de mando único sea efectivo en su coordinación entre corporaciones estatal y de municipios debe tener “un esquema de supervisión externa, de supervisión civil”, esto lo asegura Miguel Garza, director de investigación aplicada en policía en Instituto para la Seguridad y la Democracia A.C. (INSYDE).
El especialista se encuentra en un proyecto de investigación en coordinación con el Centro Nacional de Información, el Sistema Nacional de Seguridad Pública e instancias internacionales que involucra el estudio de la policía de 37 municipios, entre ellos Playa del Carmen y Cancún para ver los avances en la implementación del Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica.
Consideró que la idea de Mando Único no es malo y efectivamente tiene fundamento constitucional. “Si el municipio no puede el estado puede asumir, y luego si el municipio y el estado no pueden el gobierno federal puede asumir. Está en la constitución y en la ley del Sistema Nacional”, argumentó.
No obstante, al no ser transparente y discrecional promueve escenas como la vivida en el ayuntamiento de Benito Juárez (Cancún) del pasado 9 de noviembre cuando policías integrados al mando único reprimieron a manifestantes con armas cortas y largas.
“En la policía que se quede discrecional conviene porque se diluye la responsabilidad. Hasta ahorita y yo creo que no vamos a saber quién ordenó que hubiera represión”, sostuvo.
Insistió que pensar en el mando único actualmente es pertinente al ver la situación que vive el país en materia de violencia e inseguridad y consideró que este modelo puede mejorar la respuesta y el servicio policial en una entidad.
“Si tú sumas el estado de fuerza municipal y estatal y asume el mando una sola persona que sea el secretario estatal y que tenga digamos la capacidad de organizarlo y de mandar a los municipales y estatales por igual y desplegarlos, pues es como si multiplicas el estado de fuerza” de todo el estado”, destacó.
Sin embargo, en la experiencia de Alberto Capella al frente de las secretarías de seguridad tanto en Morelos como en Quintana, además de la falta de transparencia y protocolos, no es un mando único pleno pues las corporaciones municipales mantienen sus condiciones laborales inferiores a las de la policía estatal y suele tratarse sólo de un proyecto de gobierno que al terminar su periodo suele retornarse al esquema antiguo.
En Quintana Roo, el mando único entró en operación en mayo de 2019 en 10 de 11 municipios, de acuerdo a datos de las propias autoridades, elevó la fuerza policial de mil 429 elementos a cuatro mil 904.
El municipio de Solidaridad (Playa del Carmen) se rehusó desde un inicio, pese a los intentos que rayaron en lo violento por parte del secretario Capella y del propio gobernador, Carlos Joaquín González, quienes intentaron mediante decreto y toma de instalaciones imponer el modelo policial que hoy sabemos carece de reglas mínimas de operación.
Aunque inicialmente el municipio Othón P. Blanco (Chetumal) también se había negado a aplicarlo, en julio de 2019 fue aprobado por el cabildo. Actualmente opera también en Benito Juárez (Cancún), Lázaro Cárdenas, Cozumel, Puerto Morelos, Isla Mujeres, Tulum, Bacalar, José María Morelos y Felipe Carrillo Puerto.
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