Soy una fanática del idioma español, de hablar, leer y escribir el castellano tan rico en vocabulario y en acepciones. Siempre me ha llamado la atención la cantidad de sinónimos que podemos usar para un mismo concepto y aún así me acabo de llevar una ingrata sorpresa que les comparto. Contenida en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) una definición del término “fácil” que se lee como sigue:
“Fácil:
adj. Dicho especialmente de una mujer: Que se presta sin problemas a mantener relaciones sexuales.”
Esta quinta acepción del término “fácil” ha sido objeto de críticas y debates en distintos medios, por ser evidentemente discriminatoria hacia la mujer. Como respuesta, la RAE respondió que: “mantendrá la línea de no censurar el diccionario”, aclarando que cada concepto “siempre es revisable”, usando como referencia la definición de “sexo débil” al que, en la última edición, se agregó una “marca explicativa”.
Nuestro idioma español ha sido sujeto de ajustes informales con la idea de ser inclusivo, por ejemplo, desde hace varios años un Presidente mexicano puso de moda mencionar el femenino y el masculino de cada persona para no dejar “Fuera a nadie” y en cada discurso político no sólo se escucha el “Señoras y señores, pero ciudadanos y ciudadanas, niñas y niños, etc”.
Por su parte, la RAE ha compartido desde su página oficial que “el masculino es universal y además su uso debe ser único, y considera que el uso del lenguaje inclusivo es “artificioso e innecesario desde el punto de vista lingüístico” (…) La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas”.
“Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones”, concluía el breve texto.
Un término similar es usar ”padres” que en realidad, dependiendo del contexto, puede referirse a madres y padres. Ej. Los padres de los alumnos deberán asistir a la junta de inicio de ciclo escolar. Según la RAE usar el masculino es usar el término “neutro” y aceptable que incluye a hombres y a mujeres, en tanto el femenino no se puede utilizar con el mismo fin; Ej. Alumnas, se entiende solo para estudiantes mujeres y madres, se usar solo para nombrar a aquellas mujeres que tienen hijos. Esto a pesar de existir palabras que sí se refieren al colectivo como: humanidad, infantes, alumnado, etc.
El tema es destacar que aún en el 2018 existe un máximo referente del idioma español que es el diccionario de la RAE y que sigue conteniendo términos machistas, discriminatorios y hasta misóginos. El español es demasiado rico como para hacerlo parecer tan pobre,pen tanto ciertos términos no se corrijan o se aclaren seguirá siendo un termómetro de nuestras dolencias y carencias sociales como el maltrato o la invisibilidad hacia la mujer. No es aceptable que esto suceda en estos tiempos porque no se trata de “censurar” o de “revisar” un texto, se trata de darle un significado real, actual y coherente a las palabras, cada vez menos, pero es verdad que los niños buscan palabras en el diccionario y estos términos no solo son anacrónicos, pero deberían dejar de limitar sus definiciones.
Esta mañana recién descubrí en el Costco unos libros para “niños” y para “niñas” y lo entrecomillo porque los títulos se leían así: “Cuentos y rimas para niñas” (portada y contraportada en rosa) y “Cuentos y rimas para niños” (portada y contraportada en azul), ¿Es una broma?
La cultura no tiene género, ni las rimas, ni los cuentos, ni la poesía, ni las noticias. El mundo es suficientemente complejo e interesante para descubrirlo cada día, dejemos ya de darle “género y sexo” a las cosas, hablar con propiedad es urgente.
@KarlaDoula
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