Los Estados, para la diplomacia, no son los pueblos, sino los reyes que los dirigen o los esclavizan. (Juan Donoso Cortés)
Al parecer el presidente Enrique Peña Nieto y su cofradía de ruines apologistas no acaban de entender o simplemente no quieren entender que “gobiernan” un país donde sobreviven 53.3 millones de pobres, donde la delincuencia y la corrupción cabalgan sobre el llano terso de la impunidad, donde el hartazgo ciudadano, quieran o no aceptarlo, comienza a darles bofetadas con guante blanco.
El pueblo ya no es el mismo de hace décadas, hace algunos años lo que decían los gobernantes y políticos era máxima para el colectivo, hoy en día, de máxima paso a ser pifia el dicho de los actores políticos, ese colectivo que antaño fue sumiso y tímido, hoy da muestras de estar despertando a su realidad, esa realidad que a los gobernantes no agrada; que ellos no son amos ni señores y menos dueños de nada, que el pueblo es el patrón y señor.
En nuestro país se están desarrollando muestras significativas del despertar ciudadano, ese despertar emite mensajes claros y contundentes en el marco de la legalidad y el derecho del colectivo, ese mensaje no está siendo enviado solo a los gobernantes, legisladores o ministros, también incluye a sindicatos y organizaciones de las cuales sus dirigentes han hecho su bandera, escudo y espada para chantajear y lucrar impunemente.
En el marco del pasado proceso electoral, orondo y sintiéndose depositario de facultades que el pueblo no le ha conferido, el secretario de desgobernación, Miguel Ángel Osorio Chong anuncio: “El día de hoy, el Gobierno de la República ha puesto en marcha un operativo a nivel nacional con el objetivo de garantizar a los ciudadanos las condiciones que les permitan ejercer su voto de manera libre y pacífica en todo el país”. Bien, finalmente es el que calienta o enfría la política interna del país.
Solo que al Señor Secretario se le olvida que nos solo debe garantizar el derecho al voto de los ciudadanos, sino también dar respuesta concreta a las exigencias de aplicación de la Ley contra quienes en lo que va de este sexenio se han enriquecido de manera exorbitante en completa impunidad, entre ellos el propio distinguido secretario.
Por salud política el gobierno que preside Enrique Peña Nieto debe explicar con fundamentos, transparencia y a la brevedad, el origen de las fortunas monetarias de la familia presidencial asi como la del secretario de Hacienda, Luis Videgaray quien posee una casada de fin de semana valuada en más de 10 millones de pesos, así mismo deberían aclarar públicamente como es que en tres años que van del sexenio, los más cercanos al Presidente han acumulado sus cuantiosas fortunas.
Francisco Vázquez
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