Los medios de comunicación le apuestan a nuestra falta de memoria, dice el autor
Luciano Concheiro, un joven de 25 años, maestro de la Facultad de Filosofía de la UNAM y traductor de Zizek, analiza nuestro tiempo y asegura que todos tenemos algo en común: vivimos acelerados
Por Juventino Montelongo
Seguro viste esta publicación en Facebook y estabas entre leerla o abrir un video de gatitos, ponerte a leer o comer, o también: hacer todo a la vez, leer un poco, detener tu lectura y ver qué encuentras en Facebook mientras le das una mordida a tu rebanada de pizza.
La mayoría del tiempo estamos así: acelerados, consumiendo todo tan rápido que difícilmente asimilamos al menos una de las cosas consumidas.
De esto habla Contra el tiempo: filosofía práctica del instante, un libro escrito por Luciano Concheiro, quien a sus 25 años es maestro en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, ha publicado y coordinado varios libros, y ha traducido a escritores como Slavoj Zizek, “Bifo” Berardi o Michael Hardt, y fue finalista del Premio Anagrama de Ensayo por este mismo libro, insisto, a sus 25 años.
Concheiro asegura que “cada etapa histórica se distingue por una manera particular de experimentar el tiempo”, y bajo esta premisa va analizando la política, nuestros cuerpos, la economía y nuestras relaciones sociales.
Nuestra forma de ver la vida, dice el autor, es muy parecida a cuando estamos en Facebook: “percibimos una sucesión constante de eventos que se desplazan unos a otros rápidamente”.
Si esta semana conocimos a un Lord y Lady, nos indignamos por el nuevo bono millonario de un grupo de diputados o se descubre un nuevo crimen de Javier Duarte, dentro de una semana no vamos a recordar nada de ello, o a ver, ¿de qué Lord estuvimos hablando hace tres semanas? Ahí está.
No deberías sentirte mal por ello, la sociedad en general vive así: acelerada, tal como lo advierte Concheiro en la primer página de su libro.
Consciente de que no vas a estar leyendo largos párrafos y libros de mil páginas, el autor escribe en pequeñas entregas, explicando conceptos de Karl Marx, Slavoj Zizek o Michel Foucault mientras hace referencia a una canción de Kanye West o a una escena de la serie House of Cards.
Así, parece que un amigo tuyo te va explicando conceptos capitalistas mientras vas en el camión o esperas en la fila del banco.
La aceleración está en todos lados gracias a que ya no hay tiempo qué desperdiciar. Yo leí este libro mientras comía en una fonda o viajaba en el Metro: ser “multitarea” no sólo te ayuda a acabar un libro, Concheiro asegura que también te ayuda para tus relaciones amorosas, para el trabajo y en general para vivir.
Seguro para esta altura de la reseña ya habrás hecho dos o tres cosas mientras la terminas, yo apliqué lo mismo: escribí un par de tuits, me tomé un jugo, salí por unas papas y volví a mi laptop a terminar la reseña, y así todos los días.
La aceleración está en todos lados, y sólo es cosa de voltear un poco la mirada para ver los ejemplos: la chica que va pintándose los ojos en el Metro, el oficinista que desayuna mientras espera el Metrobús o el estudiante que hace su tarea en el pesero. Todos y cada uno de nosotros somos víctimas de nuestro tiempo, hijos predilectos de las bebidas energéticas, el café y la cocaína.
Luciano Concheiro
Editorial Anagrama
$255
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