La publicación británica ‘The Economist’ se dio a la tarea de revisar los “dos Méxicos”: el del norte, donde hay infraestructura y grades empresas, y el del sur, donde la mayoría del territorio aún es rural y que permanece en el abano y con grandes carencias.
‘The Economist’ advierte que sí hay una reticencia cultural a la modernización; hay un México profundo que se opone a abandonar sus formas de vida. Pero también subraya que “muchos mexicanos siguen siendo personas de pequeñas empresas porque carecen de las habilidades, contactos o posibilidades para ser más emprendedores, o mejor pagados y con un mejor trato, pero con salarios más gravados. Las nociones románticas del ‘México profundo’ a menudo las venden grupos de interés que se benefician de este status quo, como los sindicatos y los jefes políticos anticuados con bases de poder en las comunidades campesinas”.
Nuestro país es, en realidad, dos Méxicos: uno en el que la gente tiene empleo y sus hijos son educados y donde las familias se van de vacaciones y toman vino y salen a comer. En el otro, las oportunidades se cierran y la pobreza va acompañada de una mala calidad en la salud, poca educación, apenas empleos y mucha economía informal, dice The Economist.
Lee la nota completa en Proceso
Sé parte de la conversación