“El Demonio”, como le decían en su comunidad, contó su versión
“Dos horas antes yo me había metido dos tabletas de Clonazepam, inhalado resistol, tomado alcohol e inhalado un churrote”, dijo
Diana tenía 11 años y en su escuela le hacían bullying porque tenía una nariz muy grande, así que le comentó lo sucedido a Javier de 13, quien golpeó a los niños que molestaban a Diana.
Fue así como comenzaron su noviazgo. Ya nadie se metía con Diana porque Javier alías “El Demonio” tenía gustos por las drogas, el alcohol y las peleas, o al menos esos eran los rumores que corrían por las calles de Monclova, Coahuila, lugar donde ocurrieron los hechos.
Diana no consumía ni alcohol, ni drogas, pero supo que Javier sí lo hacía, “y por miedo decidió tronar con él, aunque a ella le gustaba que la defendiera, le cantara canciones y le regalara chocolates”, comentó Paloma, hermana de Diana.
“Diana supo, a través de Face, que la nueva novia de Javier se llamaba Naomi, y ya no quiso verlo y parece que eso a Javier no le gustó y por eso hizo lo que hizo con mi hermana”, aseguró Paloma.
Después de eso en abril “El Demonio” mató a Diana y sólo él pudo explicar lo que pasó cuando la niña estaba en su casa comiendo: “aventé la puerta. Entré a la casa. Ella me gritó que me fuera. Que no quería verme, que me fuera con mi novia Naomi”, dijo.
“Mientras yo tomaba agua, ella me amenazó con un cuchillo; me quiso poner uno, pero está bien mensa, lo estiré y se cayó, se pegó en la nuca y me subí arriba de ella. No sé cómo salió el otro cuchillo, pero ya traía dos, y le di en el cuello, bien feo, como 30 cuchillazos”, detalló Javier.
“Como dos horas antes yo me había metido dos tabletas de Clonazepam (pastas), inhalado resistol. Me había tomado tragos de alcohol (caguamas), y un churrote (marihuana) que conseguía con mis camaradas”, expresó el joven que ahora tiene 14 años.
“Ahora estoy aquí encerrado, y a mí me gustaban las drogas, me gustaba el cotorreo, yo era libre, andaba en la calle, me decían ‘El Demonio… Yo no podía creer cuando el juez me dijo que estaba libre, porque yo sabía lo que había hecho. Creo que necesito ayuda psicológica porque a veces pienso mucho y me desespero y me pongo triste”, narró Javier desde el Centro de Salud Mental de la ciudad, donde recibe atención psiquiátrica puesto que la ley impedía que un menor de 14 años fuera al tutelar de menores.
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