“El esposo le había ordenado meses atrás a la joven que dejara sus estudios universitarios, de lo contrario habría graves consecuencias”
En Bangladesh la violencia contra las mujeres es un problema mayúsculo, sobre todo hacia quienes estudian
Un hombre que responde al nombre de Rafiqul Islam, 30 años, le cortó los dedos a su esposa Hawa Akhter, de 21 años, después de que esta se rehusó a abandonar sus estudios universitarios. Lo anterior sucedió en Dacca, Bangladesh, en donde el agresor fue detenido y enfrenta un proceso por desfiguramiento permanente. Organizaciones de derechos humanos han exigido darle cadena perpetua.
Según el portal Daily Mail, el esposo le había ordenado meses atrás a la joven que dejara sus estudios universitarios, de lo contrario tendría graves consecuencias. El sujeto, que trabaja por temporadas en los Emiratos Árabes Unidos, atacó a su esposa durante una de sus estadías en Bangladesh.
Hawa Akhter contó que su esposo la engañó prometiéndole “un regalo sorpresa”, pero de pronto le tapó sus ojos y boca, la inmovilizó, le cortó los dedos de la mano derecha y los arrojó a la basura para que no pudieran ponérselos.
Mohammed Saluddin, jefe de la policía del país asiático, detalló que el hombre confesó la agresión cuando fue detenido en la capital, Dhaka. “Estaba celoso porque, mientras él sólo tenía un grado de educación media, ella estudiaba en la universidad para conseguir un grado mayor”, precisó el oficial.
Cabe destacar que según datos de UNICEF, Bangladesh es el país con el porcentaje más alto de niñas menores de 15 años casadas (29%), y el cuarto en todo el planeta con niñas menores de 18 años casadas (65%).
El suceso mencionado es parte de una serie de actos violentos sufridos por mujeres musulmanas con educación en dicho país. De acuerdo con datos publicados en el informe de 2016/2017 de Amnistía Internacional, en dichos años hubo 671 casos de violencia (confirmados) en contra de mujeres y niñas en Bangladesh, específicamente casos de violación; sin embargo, posiblemente la cifra es mucho mayor ya que varias de ellas no levantan denuncias por el miedo a las represalias.
Fuente: El Universal
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