La centralización, uno de los mayores problemas, acusa la urbanista Carolina Noriega
Al comparar los ingresos de un mexicano con los de un neoyorkino, en México se destina el 60 por ciento del salario sólo a pagar la renta de un departamento o casa
Por Juventino Montelongo
La Ciudad de México es el lugar del mundo más caro para rentar, de acuerdo con un reporte de RENTCafé, un sitio web dedicado a la búsqueda de casas o departamentos en renta en diferentes partes del mundo.
Esta página, a la cual se puede acceder gratuitamente sin necesidad de dar información personal, detalla datos sobre los lugares a rentar o comprar, gracias a fotos, planos o datos sobre los servicios.
Según dicho reporte, citado por Nación 321, las personas que viven en la capital de México tienen que desembolsar en promedio el 60 por ciento de sus ingresos totales sólo para cubrir la renta de un lugar.
Esto lo da a conocer gracias a un estudio en 30 países, incluidos los salarios de sus trabajadores, con los cuales se hace un cálculo de lo que deben destinar para pagar la renta de cada mes, enlistando los mejores y los peores lugares de dichas naciones.
Dicha página informa que los ingresos promedio de una familia mexicana son de 14 mil 500 dólares al año, lo que representa unos 261 mil pesos. Esto se suma a que el costo de renta promedio de una vivienda es de 8 mil 640 dólares, unos 155 mil pesos, lo cual termina representando el 60 por ciento de sus percepciones.
Así, al comparar el salario de un mexicano que vive en la Ciudad de México con el de un estadounidense que reside en Manhattan, Nueva York, en relación a los ingresos de cada habitante, un capitalino destina más dinero que un neoyorkino.
En contraste, la ciudad más barata para vivir en el mundo es Kuala Lumpur, en Malasia. De ahí, las urbes más accesibles para rentar son: Moscú, en Rusia; Johannesburgo, en Sudáfrica; Bogotá, en Colombia; y Río de Janeiro, en Brasil.
¿Por qué la Ciudad de México es la más cara para rentar en el mundo?
La urbanista, arquitecta o catedrática María Carolina Quintana Noriega asegura que no hay una sola razón, o al menos una concreta, para decir por qué pasa esto en nuestro país. Sin embargo, enumera una lista de factores que la hace tan cara.
“Son una serie de factores lo que ha llevado que el suelo de la Ciudad de México sea tan caro”, apunta en entrevista. “Lo principal tiene que ver con la oferta y la demanda. El país en general es un país centralizado, y la ciudad es la generadora de fuentes de empleo, concentrados en el sector terciario, el de servicios”.
Quintana Noriega, quien también es la directora del despacho DARCQ Consultoría Inmobiliaria SC, recuerda lo que muchas personas saben de antemano: muchos migran a la capital para mejorar sus ingresos por lo que se vuelve una gran atractora de población, lo cual va generando que el precio del suelo vaya aumentando, particularmente los que tengan las ubicaciones más adecuadas y con las mejores vías de comunicación.
Otro de los factores que observa Noriega es el cambio de la forma de vida de los habitantes. Puso un ejemplo con las familias que vivían en la colonia Del Valle, donde muchos hogares estaban compuestos por una familia núcleo, es decir, papá, mamá, un par de hijos, la abuela o una persona del aseo.
“Curiosamente en un predio donde podía vivir cerca de ocho habitantes, ahora se demuele la casa y se hacen departamentos, edificios, en donde hacen cuatro o cinco departamentos en los cuales viven hasta dos parejas”.
Consecuencias negativas del aumento de las rentas
Una de las consecuencias que esto genera es la gentrificación, donde la población originaria empieza a ser desplazada por personas de mayores ingresos.
“Es incluso divertido, porque cuando no está pasando en donde tú vives hasta lo disfrutas más, pero cuando pasa en donde tú vives, te comienza a afectar porque están cambiando los usos de suelo, fomentando la alienación”, asegura la urbanista.
Además de la expulsión de la población original, quienes al ver que las rentas comienzan a subir, prefieren salirse de sus lugares, la arquitecta señala que una de las consecuencias de esto es que las personas comienzan a asentarse en la periferia de la ciudad.
La población flotante o migración interna es otra de las consecuencias negativas de la misma gentrificación. “La Ciudad de México, como otras grandes capitales en el mundo, genera una atracción interna de las personas que viven en la periferia, o incluso de otros estados, quienes llegan y demandan más servicios de los que están contemplados por estadística”.
Por ello, cuando se realizan estudios sobre la población, lo que no se toma en cuenta, acusa, es la población que vive esa zona durante el día y se retira por la noche, quedando registrada en otras partes de la ciudad. “Esa centricidad de la ciudad trae como consecuencia una alta demanda de servicios que la mayoría de las veces no está contemplada” en los estudios.
Para finalizar, la urbanista señala que este tipo de fenómenos genera que las personas deban destinar más tiempo y dinero a sus traslados diarios, ya sea para ir a la escuela o al trabajo, lo que que provoca más tráfico y por ende más contaminación.
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