Las primeras damas de Mexico, hasta antes de Vicente Fox, eran simples compañeras de los presidentes, con perfiles bajos y por lo general limitadas por el aparato burocrático para que no se inmiscuyeran en escándalos.
Sin embargo, en los últimos tres sexenios, los roles han cambiado y no sólo las polémicas escoltan a las damas, sino que ellas mismas han aprovechado sus puestos para ejercer control político y beneficiarse del sistema.
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