Fraudes a cuatro años de la llega de Uber a México
Además de apagar y prender la aplicación para aumentar los costos de viaje, muchos choferes cancelan los viajes para que los usuarios les terminen pagando sin trabajar
Por Juventino Montelongo
En agosto de 2013, exactamente hace cuatro años, la empresa Uber llegó a México, logrando acumular un millón 200 mil usuarios en un país con 39 mil conductores registrados.
Desde su entrada a cada una de las ciudades, la empresa ha visto el rechazo de las empresas de taxis que ya existían, lo cual, al menos en un principio, era visto con malos ojos por los primeros usuarios de esta aplicación, quienes defendían la apertura del servicio y agradecían los dulces y agua embotellada que daban los choferes.
La variedad de comodidades que ofrecía el nuevo servicio fue uno de los ganchos para que cada vez más usuarios dejaran de utilizar taxis “normales” y decidieran cambiarlos por la comodidad de Uber. Éstos mismos fueron los que en redes sociales escribían con orgullo #UberSeQueda.
En cambio, ese mismo coraje con el que defendían a la aplicación ha sido utilizado para criticar las malas prácticas/crímenes que los choferes cometen, las cuales van desde robos, violaciones, malos tratos durante el trayecto o incluso querer cobrar viajes que nunca hicieron.
Estos últimos, los viajes que los choferes cancelan con la intención de que se los paguen, han ido en aumento. Ya es sabido que conductores aplican otro tipo de fraudes. Según un equipo de investigadores de la Escuela de Negocios de Warwick y de la Universidad de Nueva York comprobaron que los choferes estaban manipulando el sistema para generar un aumento en el costo del servicio y con ello cobrar más, como se publicó en Mientras tanto en México.
En México, una de las variantes de los choferes es la cancelación de los viajes. Esto pasa cuando un conductor simula estar en el lugar, dar vueltas y al no “ver” al usuario, por lo que cancela el viaje esperando a que se lo paguen, valiéndose de una cláusula de Uber para la cancelación de los viajes.
Otra más es comenzar a cancelar viajes y reasignar uno nuevo hasta que el usuario lo cancele por desesperación y termine pagando por un servicio que no usó, tal como le pasó a Enrique Olvera, de 28 años, quien vive en Toluca, Estado de México.
En entrevista, aseguró que ha tenido dos malas experiencias con Uber respecto a las cancelaciones, mismas que lo hicieron darse de baja de la aplicación.
¿Cuál fue tu experiencia con Uber?
“Según esto, el tipo llegaba en 10 minutos y decidí esperarlo. Guardé el celular. De repente, estoy seguro de que más de tres minutos después, el chofer me marcó para decirme que no iba a ir por mí porque ya era tarde y no estaba en su ruta. Y me pidió de favor que cancelara el viaje”, contó Enrique, quien aseguró que preguntó si le iban a cobrar el viaje, a lo que le respondieron que sí, “porque yo lo estaba cancelando. Le dije que no lo iba a cancelar y me dijo que de todas formas nadie iba a ir por mí a esa hora y tan lejos”.
Esta, sin embargo, no ha sido la única mala experiencia de Enrique. En otra ocasión, le reasignaron un chofer seis veces diferentes para un viaje de dos kilómetros.
Era eso o cargar una maleta durante esos mismos dos kilómetros, a las cuatro de la mañana, entre las calles de Toluca.
“Me estresé un poco pues, por la hora, no podía pedirle favor a nadie en mi casa o a mis amigos que viniera por mí. Decidí aventarme a irme caminando (para esto, Uber estaba buscando un nuevo viaje)”.
Así, tuvieron que pasar seis conductores diferentes hasta que uno decidió pasar por él. Y a pesar de que en ese viaje al final el chofer fue amable con él, decidió dejar de ser cliente. “Desde ese día decidí que daría de baja la aplicación”.
Otros casos que han sido señalados por usuarios de Uber son como los que he pasaron a María Jiménez.
“Cuando pedí el Uber, en lugar de decir en cuánto tiempo llegaba, salía que estaba terminando una ruta ahí cerca”, recordó.
Pese a que en su pantalla no decía el tiempo estimado de espera, ella contó el tiempo de espera, por lo que le escribió al chofer, para decirle que ya llevaba 15 minutos esperándolo. “Le pregunté que si iba a llegar o mejor cancelaba el viaje. Obvio no contestó y canceló el viaje”.
“Después de eso volví a pedir otro, no lo pidió la aplicación por sí sola, yo misma lo tuve que pedir de nuevo. Y me decía que el chofer, David, ya estaba llegando y un ratito después canceló el viaje”.
Como ya se dijo, muchas veces son los mismos choferes los que manipulan la aplicación para aumentar las tarifas. Incluso, se sabe de casos donde al enterarse que el pasajero no fue quien pidió el Uber, sino otra persona, cancelan el viaje y lo engañan para que pague en efectivo.
A cuatro años de la entrada de Uber, éstas son sólo algunas de las formas en las que los choferes se han aprovechado de los usuarios.
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