Por Charly Pérez*
Un buen día estaba Miguel Ángel Mancera pensando (de veras), meditando, analizando, examinando y razonando qué es lo mejor para la ciudad que tan ejemplarmente gobierna. Y entonces ¡bingo! Llegó a una conclusión: Instalar una rueda de la fortuna, pero no cualquier rueda, no. Una grandota, bonita, colorida, como esa que está en Londres, junto al río, ¿cómo se llama el río ese? ¿Támesis? Bueno, no importa, lo importante es el bien de la Cedemequis y sus ciudadanos…
Así que Miguelito decidió gastarse una lana y poner su ruedota ahí junto al castillo de Chapultepec, para que los fantasmas de don Porfirio, Carmelita, Juárez, Maximiliano, Carlota y hasta el guardián perpetuo se divirtieran por las noches. Horas y horas de diversión garantizada. Es cierto, no tenemos al Támesis, pero desde ahí se ve el periférico y el circuito interior, que más adelante se convierte en río Churubusco, ¿ah verdad?
Sin embargo el querido MAME no contaba con la astucia de los vecinos, que alegando uso de suelo, impacto ambiental y movilidad terminaron echando para atrás la rueda con todo y fantasmas.
Pero siempre hay un plan b, y el auditorio nacional se encuentra muy solo, qué mejor que colocar ahí la colosal distracción. “Sí, ahí se va a ver rete bien. Ya, cerrado, ahí la dejamos. A finales de marzo la inauguramos”.
Así, el jefe de gobierno se quita una preocupación más, un problema menos. Este muchacho se ha convertido en el rey de los asuntos sin importancia. Como si la ciudad no tuviera problemas más graves, broncas de a de veras. No es necesario enumerarlas. No, es mejor jugar a la feria, y quizá nos ganemos una ídem. Y así quiere ir al 2018, de verdad se necesita estar chiflado.
Obituario: ¡Gran partido del alcalde de Cuernavaca! Otro que está en todo, menos en lo que debería.
*Twitter: @carllycos
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