“Mi cuerpo se convirtió en una escena forense”, narró la joven
“Me sentía como una rata de laboratorio” dijo la mujer, pero invitó a las víctimas a denunciar: “si tienes la oportunidad de sacar a ese criminal de las calles, tienes que intentarlo”
“Yo quiero que la gente sepa todo lo que pasa después de una violación”, con esas palabras Lillian Constantine, una británica de 19 años, empezó su entrevista con BBC sobre su violación en 2016
“No hablo solo de lo horrible que es que tu cuerpo se convierta en una escena de crimen y que te hagan una y otra vez las mismas preguntas. También hablo de todo lo que tienes que hacer, y, lo más importante, hablo de que las cosas mejoran con el tiempo”, expresó la joven.
Lillian estaba a 60 segundos de su casa cuando la violaron a los 18 años de edad.
“Había una oscuridad completa y yo le di al botón de grabar de mi celular pensando que el hombre al ver la luz se detendría”, dijo la joven, pero no lo hizo.
Ni siquiera se detuvo cuando Lillian le gritó: “¡te estoy grabando, te estoy grabando! no te vas a salir con la tuya”, aun así la tiró al suelo y “me violó sin vacilación”.
“No duró mucho, pero me dio la impresión de que nunca se acababa”, afirmó.
Contó que estaban tan cerca de su casa que no se le ocurrió sentir miedo. Inmediatamente, corrió a su casa y sus padres llamaron a la policía: “Me dijeron que no podía ducharme, cepillarme el pelo o los dientes. Parece un gran cliché, pero te sientes tan sucia… todo lo que quería hacer era darme una ducha y sacarme todo de encima”, narró la joven quien explicó como su cuerpo “se convirtió en una escena forense”, cuando ella y sus padres fueron al Centro de Referencia de Agresión Sexual más cercano, el cual abría hasta la mañana siguiente.
“Ese centro es en realidad para hacer un análisis forense de tu cuerpo. Es surrealista. En el momento en que entras te tienes que desnudar por completo. Te tienes que acostar en una camilla de metal mientras alguien te mete cosas en la vagina. Miden los hematomas y los cortes hasta el milímetro”, aseguró.
Posteriormente recibió el tratamiento de salud para evitar el contagio de alguna enfermedad de trasmisión sexual y aseveró que el personal la trató de manera amable en todo momento , pero “la medicación me dio nauseas y mareos, y mientras la tomaba tenía que ir al médico para hacerme pruebas. Así que durante ese primer mes me pincharon y miraron constantemente”, detalló.
Luego contó el agobiante proceso de investigación: “Me sentía como una rata de laboratorio. No puedo ni contar las veces que le conté mi historia a la policía. Una vez me hicieron preguntas extremadamente íntimas sobre la violación. ¿Te subió o te bajó la falda? ¿Te penetró de este lado o del otro? No me esperaba eso en absoluto. Lloré con histeria y pensé: yo no me puedo hacer esto a mi misma. Y en ese momento pensé en retirar el caso”.
En Gran Bretaña sólo el 15% de víctimas de agresión sexual lo denuncian. Lillian abrió su canal de Youtube con toda la información que le gustaría haber conocido sobre las violaciones y sobre todo: “No puedes dejar que la violación te defina. Todos los días me digo a mi misma: pasaron cosas malas, pero tienes que levantarte y seguir luchando”.
Lee la entrevista completa en BBC MUNDO
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