Por Fernando Ortiz C.
Una frase muy conocida, atribuida a Nicolás Maquiavelo dice que: “El fin justifica los medios”, y esta es la bandera que enarbolan muchos de los políticos hoy en día a lo largo y ancho del planeta.
Grupos fácticos, lobbies o grupos de control se enfrentan dentro y fuera de los gobiernos con el afán de lograr sus objetivos y proteger sus intereses, los cuales no necesariamente tienen que estar alineados a los de un bien común.
El caso que ocurre con el gobierno de Donald Trump es un ejemplo de las batallas al interior de la Unión Americana.
Desde el pasado 22 de diciembre de 2018 la política de los EE.UU. entró en una especie de limbo diplomático y dio inicio a una crisis generada desde la falta de acuerdos entre el Congreso y la Casa Blanca, teniendo como tema el financiamiento del tan sonado muro en la frontera con México.
Se puede mirar hacia Brasil y encontrar el caso de Bolsonaro con la batalla directa contra los indígenas de aquel país, producto del apoyo a los grupos involucrados en la agroindustria y proteger los beneficios económicos.
El fin parece que justifica los medios en un mundo donde el poder es lo único que se busca mantener. Los costos y los daños parecen ser solo estadísticas y olvidarse cuando se puede usar el eufemismo de ser un daño colateral.
En México esta lucha de poder se empieza a evidenciar entre los ataques constantes entre los detractores de Andrés Manuel López Obrador y a su vez la defensa por parte de sus seguidores a las posibles calumnias; ataques a su gestión y d¿a las decisiones que ha tomado durante su gobierno. Todo es motivo de controversia y polémica.
La situación de desabasto de gasolina y ataque a la ordeña de ductos de Pemex es un tema que tiene diferentes ópticas, no es solo la situación la dificultad de conseguir gasolina en estos días sino ubicar el tiempo en el que esto se da.
La idea de atacar el huachicol no es buena, es excelente, y se admira el hecho de atacarlo, de hacerlo evidente y sin tapujos.
Lo que empieza a ser coincidente es que el mismo día que se habló sobre la actualización del IEPS para combustibles, comenzaron las primeras acciones contra el huachicoleo y los primeros indicios de desabasto.
Es interesante observar que, tras la muerte de Moreno Valle y su esposa, los ataques hacia el presidente no se hicieron esperar, sin sentido tal vez pero que deterioran su imagen, ya sea por acusarlo del hecho o por no asistir al funeral, y entre la ola de información que se generó empezó a cobrar más y más fuerza el tema Pemex.
En el corto periodo en el que ha gobernado López Obrador han surgido temas como el aumento al salario mínimo que dan a la población confianza en el nuevo gobierno, y en cuestión de horas prácticamente, resulta que se detonan las noticias en su contra y entonces viene el contraataque del Andrés Manuel y su gobierno, generando una lucha de imagen y comunicación política sin precedentes. Un López Obrador tratando de cacarear lo bueno que él considera está haciendo y que es preciso que lo sepa la población, mientras sus detractores presentan lo funesto y caótico que es la situación y cómo el país se va a pique.
El tema de la guardia nacional es otro tema, polarizante y que afecta a la imagen del presidente para algunos; y es ahí cuando resurgen las noticias del desabasto, y luego se justifica el ataque a la corrupción y de lo que antiguos gobiernos dejaron hacer frente a este desfalco nacional.
Se percibe una lucha de comunicación política en contra de las acciones que se presentan. Se muestra más un ataque y defensa constante entre detractores del gobierno de López Obrador, la prensa y el propio gobierno.
El gobierno está enfocado en responder con una gran acción hacia la población a la par de los ataques que recibe. Esto estuvo demostrado cuando el presidente decidió no decir cuándo se restablece todo para no dar pie a sus adversarios.
Prácticamente todos los temas cruciales de su plataforma política se han exhibido como la bandera de cambio en estos días, y no han dejado de recibir los ataques constantes de otro sector de la población, la lucha de poder se está dando.
Cuando se hizo críticas al presupuesto, resultó la contrapartida del aumento al salario mínimo. Cuando se criticaba al NAIM salió la respuesta inmediata hacia anular la reforma educativa. Cuando se le critica por ser ajeno a lo de Maduro no hay gasolina en el país. Cuando se le acusa de desabasto esgrime una lucha contra la corrupción. Dimes y diretes de la polarización o radicalización en la que se está sumergiendo el país.
Toda esta semana el tema es la gasolina, al precio que sea y del color que sea, lo cual no es cosa menor y es importante tomar nota de esto, pero al final la última y mejor opinión la tiene usted estimado lector.
Sé parte de la conversación