Parece ser que para la mitad de la población escocesa es momento de dejar a un lado el Acta de Unión, promulgada hace 307 años, y comenzar a ser un país independiente fuera del Reino Unido.
Las implicaciones y repercusiones que puede llegar a generar, si el referéndum del próximo 18 de septiembre decide separarse del Reino Unido, llevaría a un debate por el control del petróleo del Mar del Norte y la moneda a utilizar, pues Escocia afirma que continuará con la libra esterlina a lo que el Parlamento del Reino Unido dio un tajante no a esta propuesta.
Más allá de las consecuencias económicas de la separación de Escocia, muchos rincones de Europa, algunos asiáticos, africanos y de América, estarán a la expectativa de lo que ocurre pues esto abriría la puerta a movimientos independentistas alrededor del mundo.
En España, Cataluña, País Vasco (donde la dictadura de Franco prohibió editar libros y periódicos e impartir enseñanza en euskara), y en menor medida, Andalucía estarán al pendiente de lo que ocurra en Escocia; un sí daría la pauta para iniciar una lucha mediática para generar presión y a la postre lograr la soberanía de estas regiones; pero al mismo tiempo un no en el referéndum escocés podría cortar sus esperanzas.
Córcega, isla mediterránea que pertenece a Francia es otra región con un movimiento separatista añejo, que comenzó en la década de los setenta del siglo XX.
Italia no es ajena a movimientos separatistas dentro de su territorio; en la parte Norte se promueve la creación del Estado de Padania, que incluiría a las prósperas ciudades de Milán, Venecia y Florencia.
Flandes en Bélgica, Baviera en Alemania, las Islas Feroe en Dinamarca, Transilvania en Rumania, y las problemáticas regiones en el Cáucaso Abjasia, Osetia y los dolores de cabeza de Rusia en Chechenia son algunos ejemplos de movimientos separatistas en el continente Europeo.
Asia aporta los conflictos en el Tíbet y el territorio en Cachemira, además del Kurdistán en Turquía e Irak.
En nuestro continente tenemos casos como el de la Provincia de Quebec, la cual ya tuvo su referéndum en 1995 que resultó desfavorable en lograr su soberanía, pero que con lo que suceda en Escocia podría estimular a sus habitantes a replantearse su estatus actual.
Se podría seguir dando ejemplos, ya que en alrededor del mundo existen aproximadamente 60 conflictos de este tipo, algunos pacíficos y otros sumamente violentos como los que ocurren en la región etíope de Ogadén.
Los motivos de ciertas regiones o grupos por lograr su soberanía son en su mayoría tribales, étnicos, religiosos o nacionalistas. El caso particular de Escocia se enfoca en las ganancias que se pueden obtener del petróleo, como lo señaló el ministro principal escocés Alex Salmond Salmond quien afirmó que podría crearse un fondo petrolero similar al que existe en Noruega.
Como lo dijo el mexicano Juan Enriquez Cabot : “El objetivo de la mayoría de las guerras actuales es hacer los países más pequeños, no más grandes”.
*Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
Por: Fernando Ortiz C.
@geopoliticaintl
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