Por Pablo Montaño
El poeta republicano, Gabriel Celaya, escribió en 1955 su poema La Poesía es una arma cargada de futuro, denunciaba a la España franquista: “porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos”, una España que aún vive y que hoy se retuerce con la votación que manda exhumar los restos de Franco del monumento que se construyó para sí mismo. Las palabras de Gabriel, resuenan para nuestra guerra mexicana, esa guerra a la que con tal de quitarle el mote bélico y ponerle su disfraz de operativo, han silenciado a muchas voces a punta de miedo y muerte.
En estos último días, varias noticias refrendaron nuestro estado de guerra o si no les gusta esa palabra, nuestro estado de muerte. Primero, la ejecución (captada en video) de un sujeto que fue detenido por elementos del ejército, lo arrastraron desde su auto y recibió un “tiro de gracia”. La SEDENA se comprometió a investigar, a investigar la autenticidad del video. Bajo estas condiciones quieren impulsar una Ley de Seguridad Interior que facultaría a las Fuerzas Armadas como un ente policial. No entendemos que una guerra que se desarrolla en un pantano de corrupción e impunidad no tiene bandos claros.
Podemos seguir con la noticia del asesinato de Miriam Rodríguez, madre de Karen Alejandra y a la cual buscó hasta encontrarla en una fosa clandestina en Tamaulipas. Miriam se convirtió en un referente para las madres que buscan a sus hijos por todo el país y su labor seguramente incomodó a más de algún grupo político o criminal, o un grupo político criminal, y ayer fue atacada en su casa. Tan no entendemos la existencia de esta guerra que ya la vamos perdiendo.
Finalmente, el estudio anual de Conflictos Armados del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, colocó a México como el 2ndo lugar más letal de todas las zonas de conflicto, por encima de países como Iraq y Afganistán. La reacción de nuestras autoridades nos puede tranquilizar; ya dijo la SEDENA que esto no es cierto. Siempre resultará más cómodo creer y sentir que esta guerra no existe.
Por cierto, una de las partes del primer capítulo de estudio, habla de la violencia sexual y su relación con los conflictos armados, sería bueno entender que la violencia sistemática contra las mujeres tiene más de un origen, estamos replicando inconscientemente el ambiente de un país en guerra. El asesinato de Lesvy al interior de la UNAM y la violencia como norma, nos invita a escandalizarnos por la pinta de un hashtag y pedir mesura a una población hostigada hasta el punto de muerte.
Queda esperar que los versos de Gabriel sean un completo augurio y que en verdad, ya “estamos tocando el fondo”.
@Pabloricardo2
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