Por Pablo Montaño
Enrique Peña Nieto criticó (una vez más) que sólo nos acordamos de lo malo y que tenemos “amnesia, por no decir falta de memoria” para recordar lo que se ha hecho. No hace falta reflexionar muy a fondo el sinsentido de su declaración, dejémoslo en lo anecdótico y hagámosle un favor irónico y olvidemos que lo dijo. La amnesia que resulta más interesante es la de otro presidente ligado al primero. Enrique Ochoa Reza, presidente nacional del PRI, una persona que tiene una memoria selectiva y que logra vivir su propia realidad.
Enrique disfruta entablar un intercambio necio con sus detractores, donde exige la aprehensión de Javier Duarte como si éste no hubiera emanado de sus filas y no hubiese sido protegido por el partido que él ahora preside. El presidente del PRI está seguro que si lo vemos gritar en contra de Duarte por un tiempo suficiente, olvidaremos el origen del hoy prófugo y empezaremos a recordar una foto de AMLO y Javier fundidos en un abrazo o a pesar de no que todavía no existía el partido, habrá quien recuerde el logotipo de Morena en la publicidad de Duarte en el 2010.
Siguiendo como libreto la Rebelión en la Granja, de Orwell, Reza quiere confundir a un país entre lo que se dijo, lo que pasó y lo que él nos invita a recordar. Su más reciente desplante lo hace exigiendo a López Obrador una disculpa para el padre de los 43. Más allá de la manera en la que AMLO interactuó con el padre del estudiante desaparecido, lo de Reza no tiene punto de comparación, se trata del cinismo en su estado puro. Que él y desde su partido se atreva a usar como ataque la desaparición de los estudiantes es un absurdo grosero. No sólo ha sido el Gobierno de la República quien ha hecho todo por inducirnos una memoria borrosa de versiones que se contradicen, peritajes que niegan las versiones oficiales y una condena al no sé y el ya pasó, se trata de la mancha del regreso del PRI en lo que sigue siendo su momento más obscuro, la llaga abierta de un país que no sana de sus desaparecidos y que estos permanecen ausentes a pesar de ser hallados. Es la postal de un México que encuentra 250 cuerpos en fosas y que no habla de ello y que no puede ni quiere identificarlos.
Enrique Ochoa Reza cree que su partido puede escapar la condena de los ciudadanos a partir de la repetición de una mentira que se hará realidad. Sin deseos de promover candidatos y mucho menos partidos, lo más importante será preservar esa memoria por lo que se ha hecho mal, aunque las cosas buenas también cuentan, hoy son las malas las que nos tienen donde estamos.
@Pabloricardo2
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