El adolescente estranguló a su hermana durante 10 minutos antes de que la policía llegara a su casa
Un joven de 18 años fue sentenciado a cadena perpetua por estrangular a su hermana mayor. La causa fue una pelea familiar por cambiar la contraseña del WiFi.
El 2 de febrero de 2018 Kevon Watkins, que tenía entonces 16 años, mató a su hermana, de 20 años, en Georgia, Estados Unidos. De acuerdo con las declaraciones del propio homicida y su madre, él llegó de la escuela de mal humor y sin avisar cambió la contraseña de la conexión a Internet con la intención de que nadie pudiera usarla y la velocidad de ésta no disminuyera.
The dispute began after Kevon Watkins, 18, changed the WiFi password so he could play video games without his family slowing down the internet connectionhttps://t.co/aQA3wB5PPB
— New York Daily News (@NYDailyNews) August 3, 2019
Cuando el hermano menor de 13 años se dio cuenta de que no podía conectarse a la red, le avisó a su mamá, quien se dirigió hacia la recámara de Kevon para quitarle la consola, pero el joven continuó con la discusión.
Alexus, la hermana mayor, intervino para evitar la pelea, pues Kevon habría podido golpear a su madre. Ambos comenzaron a pegarse y luego de algunos minutos el adolescente puso sus manos sobre el cuello de la chica.
Al no poder separar a sus hijos, Latoya pidió ayuda al servicio de emergencia. 10 minutos después de la llamada la policía llegó al domicilio y encontró a Kevon estrangulando a su hermana mayor. Una vez que los uniformados le ordenaron que la dejara, la soltó.
Alexus fue llevada de inmediato al hospital, sin embargo falleció horas después a consecuencia del estrangulamiento.
El juicio de Kevon duró dos días en los que fue interrogado sobre el motivo por el cuál mató a su hermana, no obstante él aseguró en todo momento que su intención no era asesinarla, pero admitió que si no la soltó antes fue porque tenía miedo de que ella le ganara la pelea.
Asimismo declaró que nunca le habría hecho daño a Alexus, pues “ella le enseñó todo lo que sabe” y “era quien me llevaba a la escuela”, dijo en la Corte.
La jueza encargada del caso culpó de asesinato grave a Kevon y no de homicidio accidental, dado que pasó demasiado tiempo sosteniendo el cuello de su hermana y se negó a dejarla pese a que su madre y su hermano menor se lo pidieron varias veces.
“Lo siento”, fue lo único que la prensa pudo escuchar entre los sollozos de Kevon cuando escuchó su sentencia.
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