Sus captores la mantuvieron encadenada para que no dejara de laborar en una planchaduría, y tan solo bastó un descuido para que la joven, de 22 años lograra escaparse de sus secuestradores que la mantuvieron encerrada durante dos años. Según la Procuraduría es el primer caso que se presenta en la Ciudad de México.
Primeros fueron sus patrones y luego se convirtieron en captores, para que no dejara de laborar la golpeaban hasta que sangraba, y cuando las heridas iban cicatrizando, le arrancaban las costras. Así la mantuvieron durante dos años, hasta que ella logró escapar y pedir ayuda.
El nombre de sus secuestradores son José de Jesús Sánchez Vera; las hermanas Leticia y Fani Molina Ochoa; así como Ivette y Jannet Hernández Molina.
La joven solicitó el apoyo de los elementos policiacos, que con una orden, se cateo el establecimiento localizado en calle Izamal, Manzana 134, Lote 22, colonia Lomas de Padierna, delegación Tlalpan, donde la víctima era obligada a realizar trabajos forzados.
En su declaración, la mujer señaló que le daban de comer muy poco una vez al día, pero debido a que trabajaba incansablemente encadenada a la planchaduría masticaba el plástico con el que cubría las prendas de vestir que planchaba, y lo comía para mitigar su hambre.
Cuando pretendía apoyarse en la plancha para descansar un poco, era golpeada con una llave estilson, una mano de molcajete, un lazo y hasta con alicatas, ocasionándole heridas que al cicatrizar le eran desprendidas y nuevamente le sangraban, dejándole múltiples marcas en todo el cuerpo. También le quemaban la espalda con la plancha.
La víctima mencionó que cuando fue contratada por sus agresores, le ofrecieron donde vivir y durante un tiempo le dieron buen trato, pero que después la acusaban de que se robaba cosas de la vivienda, y fue como la encadenaron y dejaron de pagar su salario.
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